No era un partido más. El Rayo Vallecano se jugaba entrar en la Liga de Campeones. Y también permanecer invicto como local. Lo hizo después de los 96 minutos de partido pero no de la manera esperada. Porque por primera vez en la temporada se encontró un rival al que no le tembló el pulso a la hora de intercambiar golpes y a quién no pudo superar gracias a una magnífica actuación de Dituro. Los dos porteros fueron muros infranqueables en un partido con empate a todo que terminó con empate a nada.

El Celta de Vigo salió a mandar. Consciente de que estaba ante el mejor local de la Liga. Quería meter el miedo en el cuerpo a los de Iraola y no dudó en jugar con sus mismas armas: verticalidad y transiciones rápidas. Tapia avisó en los primeros minutos pero Dimitrievski le negó el gol pegado al palo. El Rayo no encontraba su habitual salida de balón por bandas y los vigueses aprovechaban sus imprecisiones para llegar con peligrosos centros al área que no encontraron rematador.

Los franjirrojos desaparecieron hasta el minuto 13. Casualidades del destino que las primeras ocasiones locales aparecieran nada más entonar la grada el 'Presa vete ya'. Primero Falcao quiso repetir con un zurdazo su obra de arte contra el Barcelona; segundos después Isi pegó en la madera con su zurdazo desde 25 metros. Si el Celta pensaba que iba a coser y cantar se equivocó de plano. Aunque tuviera cierta ayuda arbitral cuando ni Cordero Vega ni Medié Jiménez pitaban penalty en un clarísimo agarrón sobre el 'Tigre' a la salida de un córner.

El partido mutó entonces a un intercambio de golpes. Santi Mina mandó un cabezazo libre de marca por encima del larguero. La suerte le fue esquiva y se iba a cebar con él cuando tuvo que ser sustituido tras notar molestias en los isquios. Fue un golpe psicológico para los visitantes que se apagaron ante el empuje franjirrojo.

Los de Vallecas se hicieron con el control total del partido ante un Celta que ya no era capaz de llevar peligro al área rival. Unai López, Isi y Falcao lo volvieron a intentar desde lejos sin éxito. La consigna estaba clara ante el paso atrás de los gallegos. El 0-0 parecía condenado a desaparecer pero Solari llevó el susto al rayismo al rematar un centro medido al primer palo que Dimitrievski blocó en la línea. Era un partido precioso con 2 equipos utilizando sus armas para hacer daño a sus rivales. La guinda la puso Isi con una doble ocasión al filo del descanso. Parecía increíble que los 22 protagonistas se fueran al vestuario sin anotar gol.

El segundo round fue un espectáculo casi idéntico. Brais Méndez se convirtió en el mayor peligro del Celta de Vigo. Hasta en tres ocasiones pudo poner por delante a su equipo: primero con una falta que se envenenó tras tocar en Óscar Valentín dejando 'vendido' a Dimitrievski; después con un balón filtrado entre líneas que mandó por encima del larguero en posición legal (aunque el linier pitara fuera de juego); y finalmente con un disparo de falta que rechazó el guardameta normacedonio.

Antes el Rayo Vallecano había avisado con un centro-chut de Falcao y una contra eléctrica que Dituro mandó a córner en un mano a mano con Álvaro García. El encuentro tenía ritmo, intensidad, ocasiones, contraataques, jugadas de estrategia... Una oda al fútbol a la que solo le faltaba el gol. Los técnicos movieron los banquillos poniendo más dinamita en el césped: Nolito y Fontán por los visitantes; Nteka y Bebé por los locales. Pasaron los minutos y la pólvora seguía mojada. Pese a los últimos cambios (Iago Aspas, Okay, Ciss y Sergi Guardiola) el marcador no se iba a mover.

Fue como si los dos equipos, pese a su ambición, a su veneno, a su rapidez, a su calidad... no quisieran poner en juego el punto conseguido durante los 90 minutos del partido y prefirieran 'nadar y guardar la ropa'. Ciss e Iago Aspas protagonizaron las últimas ocasiones de un encuentro que dejó a los dos relativamente satisfechos con el resultado a juzgar por lo visto sobre el terreno de juego. El Rayo seguirá invicto en Vallecas, su fortín de la temporada y se dispara a los 20 puntos logrados en las primeras 11 jornadas. El Celta se convierte en el primer visitante que no cae derrotado y goleado en el feudo franjirrojo. Empate a todo.