El santoral rayista se va completando. El 17 de diciembre ha sido durante los dos últimos años el Día de San Valentín franjirrojo. Las dos agónicas eliminatorias coperas superadas en Tarazona y Teruel con sus goles le valieron ese lugar en el altar. Y el 15 de diciembre ya tiene asignado un nuevo protagonista: San Luca Zidane. El guardameta evitó dos goles cantados del Bergantiños que supusieron más de medio pase del Rayo Vallecano a la siguiente ronda de Copa del Rey.

Los dos conjuntos comenzaron muy voluntariosos pero poco acertados de cara a portería. Mejor los locales espoleados por los casi 1500 espectadores que se dieron cita en As Eiroas compartiendo el sueño de obtener la revancha de aquella eliminatoria de hace casi 35 años. Acostumbrados al bote del césped artificial se merendaron a los rayistas en la primera media hora. Los franjirrojos apenas se acercaron tímidamente con un disparo muy elevado de Pozo.

Pero donde había oscuridad para el rayismo apareció la cegadora luz de San Luca Zidane. Y obró el milagro. No estábamos en Lourdes sino en Carballo pero el poder del santo de Marsella se hizo muy presente primero evitando el disparo de Remeseiro y luego rechazando el gol casi cantado de Escobar. El futbolista gallego soñará esta noche con el cancerbero porque en el segundo acto iba a volver a negarle el camino al gol.

El público aún lamentaba la ocasión perdida mirando al cielo y deseando encontrar la respuesta a sus oraciones (o sus maldiciones). Y lo que iban a encontrar era un jarro de agua fría. No porque lloviera sino porque Mario Suárez iba a poner el 0-1 en un saque de esquina puesto con el guante por Unai López. Mazazo justo antes del descanso.

Los bravos jugadores del Bergantiños no acusaron el golpe. Y buscaron la meta rayista. Pero parecía imposible perforarla. Boedo lo intentó de volea para mandarla fuera. Escobar ejecutaría la acción y un atentísimo Luca Zidane evitaría el empate. Y del 1-1 al 0-2 en una magnífica jugada entre Andrés Martín y José Ángel Pozo que Pathé Ciss mandó a guardar.

Parecía que el partido se había acabado pero nada más lejos de la realidad. La vela encendida por la parroquia rayista a su portero se acabó y Cano aprovechaba una dejada de Escobar para ponerle intriga y tensión a la eliminatoria. Fue el castigo al fallo de Pozo por marrar el 0-3 pocos minutos antes. Justicia futbolística, no divina.

Más por empuje que por fútbol y por fuerzas el Bergantiños se fue arriba y aparecieron los huecos para que el Rayo liquidara la eliminatoria. Nteka estuvo a punto de hacerlo tras recortar en el área pero los guantes de Brais encendían el ánimo de la hinchada gallega. Bebé desde lejos probó suerte con idéntico resultado. Pero el portero local no iba a poder atacar otro misil del portugués cuyo rechace embocaría a placer Sergio Moreno para hacer el 1-3 y sellar el billete franjirrojo para la tercera ronda de una Copa que cada día nos apasiona más.