Ronda de Copa tras ronda de Copa. Así, poco a poco, se va embriagando el Rayo Vallecano y su afición de una competición que ha catapultado su competitividad desde el cambio de formato. Y la lástima es que no haya sorteo puro desde el comienzo. Porque estos partidos te reconcilian con el fútbol, al menos a los modestos.

El equipo franjirrojo encargó otra ronda de Copa del Rey y por tercer año consecutivo accede a los octavos de final: dos desde segunda y este año en primera. Su camino no ha sido fácil y este año esperaba la bonita sorpresa de devolver a Andoni Iraola al estadio de Anduva donde tantas tardes de alegría vivió con el Mirandés.

El Rayo tiró de oficio en la primera mitad para que el equipo rojillo no pudiera acercarse a los dominios de Luca Zidane con claridad. Las más claras eran para los franjirrojos que pudieron adelantarse antes del ecuador del partido en un fallo incomprensible de Nteka. Bebé y Mario Hernández llevaban peligro por los costados pero el Tigre hoy estaba más apagado de lo habitual (lo normal tras salir de lesión y del virus).

La segunda mitad fue otra cosa. Dos equipos que se retaron para ver quién era capaz de generar más ocasiones de gol. Y fueron los de Iraola los que abrieron el marcador con una fantástica jugada de Fran García que le puso un centro perfecto a Andrés Martín cuya ejecución de cabeza mandó el balón a la escuadra. Un señor golazo que vale un pase.

La cosa pudo cambiar si minutos antes el asistente no hubiera anulado un gol por claro fuera de juego al Mirandés o si el conjunto castellano-leonés hubiera acertado una de las tres clarísimas ocasiones que Zidane se encargó de parar milagrosamente y cuando la grada de Anduva ya cantaba el gol.

El Rayo Vallecano sufrió los estragos del virus contra el Atlético, aprendió a lidiar con ellos contra el Mirandés y ahora le espera la prueba final contra el Betis el próximo domingo. Antes sabrá contra quién se jugará el pase a cuartos en el sorteo de la siguiente ronda de la Copa del Rey. Y ahí estará Pasión por el Rayo Radio para contarlo en directo.