Ni concentrarse en lo deportivo, ni forzar la salida del anterior entrenador, ni impedir a las jugadoras hablar con los medios, ni una planificación deportiva calamitosa, ni reducir año tras año el presupuesto del Rayo Femenino hasta límites insospechados... Por raro que parezca ninguna de estas situaciones que se han producido a lo largo de esta temporada han servido para que la sección femenina del club haya logrado salvar la categoría. Habrá tiempo hasta que termine la temporada de hablar de todo lo que ha pasado hasta este domingo. Un día en el que puede haberse sellado el destino de la sección más laureada del club.

El Rayo Femenino 3-4 Levante Femenino ya forma parte de la historia de nuestro club. Aunque se convertirá en un infausto recuerdo para aquellos que llevamos años siguiendo al Rayo Femenino. Disfrutamos de los momentos de bonanza y sufriremos los de sequía. Ya lo hemos vivido esta temporada con solo 2 victorias en 26 partidos. Los fallos defensivos que han definido a este equipo marcaron también el encuentro de hoy. El equipo levantinista además de desplegar su buen fútbol se encontró infinitas facilidades defensivas que supo aprovechar.

Las franjirrojas, siempre a remolque, consiguieron igualar por dos veces hasta que las azulgranas abrieron brecha en la segunda mitad poco después de fallar un penalti nada más arrancar el segundo acto. Tatiana Pinto, Falcón (en dos ocasiones) y Alba Redondo certificaron el descenso de las franjirrojas pese a los tantos de Camila Saez de falta, Millene y Pauleta.

19 años después poco queda en el césped y en el banquillo de lo que hizo grande al Rayo Femenino. Año tras año hemos asistido al desfile de las jugadoras que hacían vestuario, que hacían franja, que se convirtieron en leyendas. Hoy, delante de apenas 60 personas (quitando a los medios acreditados) entre rayistas, familiares y aficionados al fútbol femenino, el Rayo escribía una de sus páginas más negras. Habrá tiempo hasta que termine la temporada de hablar de todo lo que ha pasado hasta este domingo. Era la crónica de un descenso anunciado.