El Rayo Vallecano sumó un nuevo punto en su carrera por la salvación matemática una vez conseguida la virtual y lo hizo ante una Real Sociedad que mostró dos caras, las mismas que el Rayo, pero en momentos equidistantes. El conjunto vallecano, subido en la cresta de la ola por su hazaña en el Camp Nou, arrancó en partido con mucha zozobra y con algo de relajación. La Real Sociedad, necesitada de puntos para luchar por lo más grande a nivel europeo, entró al partido con una marcha extra y, durante media hora, borró del mapa a los de Iraola.

Los donostiarras se adueñaron del balón, mientras los rayistas repetían sensaciones echándose atrás y esperando que su rival fuera tan inoperante como el Barcelona hace una semana. El bloque bajo, la falta de mordiente en la presión, la intensidad al ralentí y una sensación de autosuficiencia parecían relajar a un Rayo que no sabe jugar así. La Real, que parecía no tener pólvora suficiente para inquietar a Dimitrievski buscaba su oportunidad viendo que los locales parecían estar pensando más en las vacaciones que en seguir con su línea en el Estadio de Vallecas.

El gol de Sorloth a los 33 minutos venía a confirmar las sensaciones de unos y otros. La Real quería, el Rayo esperaba. El 0-1 hacía justicia a lo vivido sobre el césped hasta ese momento, aunque a la larga terminaría haciendo más daño a los de Imanol que a los de Iraola, que antes de acabar el primer período ya iban a dejar entrever el cambio de tendencia de su fútbol, pero sobretodo de su propuesta.

Cambio de imagen para una buena segunda mitad del Rayo

Tras el descanso, el Rayo cambió radicalmente de imagen. Desde el principio, el equipo se pareció al Rayo que ha deslumbrado esta temporada. Todos a una se empeñaron en rebajar la calidad de su rival y poco a poco lo fueron consiguiendo. La presión subió en intensidad y en metros, empezando mucho más arriba. Las recuperaciones de balón fueron constantes y el fútbol se terminó volcando hacia la portería de un casi inédito Remiro, que terminaría siendo el héroe de los suyos en la segunda mitad.

Los cambios introducidos por Iraola mejoraron al equipo. Oscar Valentín en la sala de máquinas para hacer que el fútbol fluyera con más velocidad y Nteka, molestando a los defensas, partieron de inicio. Trejo se sumó a la fiesta algo más tarde y con sus conducciones y visión de juego también aportó frescura a un ataque que ya empezaba a carburar y que terminaría 'reventando' cuando el Tigre Falcao lograba el empate apenas un minuto después de subirse al tren de un Rayo que ya no iba a parar.

Oscar Valentín lo intentó desde fuera del área y Remiro respondió bien, también lo buscó Fran García, mientras Nteka se afanaba en rematar todos los balones enviados por Mario Hernández, que con Balliu fuera, volvía a ser titular en el costado derecho. El Rayo buscaba el segundo, pero Remiro cerró cualquier opción de rematar un partido que fue flojo en su primera mitad para el Rayo, pero que acabó con una inercia que bien hubiera merecido un premio mayor. 

El Rayo sumó otro punto y la salvación matemática es simplemente cuestión de tiempo.