El Rayo plantó cara en Turquía. Al menos durante 45 minutos. Y durante ese tiempo pudo abrir distancia contra un Fenerbahce que se estrelló en la madera una y otra vez. Y entre la falta de puntería y el bajón físico, el partido se le fue a los de Vallecas: 3-1.

Óscar Trejo puso por delante a los de Vallecas con una obra maestra y Raúl de Tomás pudo hacer el segundo en un mano a mano que el guardameta sacó in extremis. Fueron los mejores minutos del equipo de Andoni Iraola que ejerció la presión muy arriba y que tuvo esa pizca de suerte que le faltó en la segunda mitad. 

Porque si Randy Nteka hubiera convertido el 0-2 el amistoso hubiera estado visto para sentencia. No lo logró y los turcos se vinieron arriba logrando el empate desde los 11 metros. El penalti cometido por Mumin fue el mejor ejemplo de lo que le pasó al Rayo en la segunda mitad. El bajonazo físico de los suplentes ayer nos hacía llegar tarde a las presiones y a la disputa de todos los balones. Falta tras falta el Fenerbahce se fue envalentonando y el Rayo metiendo atrás.

El resultado de todo ello fue un 3-1 muy justo viendo una segunda parte en la que el mejor del partido fue Miguel Ángel Morro que evitó una goleada aún mayor. Los franjirrojos volverán al césped el día 3 contra el Galatasaray.