El Rayo Vallecano visitaba la casa de los dragones para medir su estado de forma en esta pretemporada. Nada sencillo enfrentarse a una ciudad que late y ruge al ritmo que marcan las franjas azules y blancas del escudo de su club.

El ambientazo durante todo el día en la ciudad de Oporto fue solo el preludio de lo que se viviría en Do Dragao. La presentación oficial de los lusos ante su hinchada (casi lleno absoluto en su feudo) se vivió desde primera hora. Camisetas blanquiazules en las calles, música y juegos en las inmediaciones del estadio y un radiante sol en el cielo azul de la ciudad del Douro.

El Rayo de Francisco se quiso sumar a la fiesta y durante más de media hora de partido jugó de tú a tú a un Oporto que quería buscarle las cosquillas con una línea de presión muy alta. A los franjirrojos les costaba salir pese a tener a Ciss y Unai López en la zona ancha. En el intercambio de ocasiones disfrutaba la hinchada local y la visitante. Claudio Ramos y Dimitrievski evitaron los goles de Eustaquio y Pepé por parte portuguesa e Isi y Bebé por parte vallecana.

Si los lusos pensaban que los de Vallecas iban a ser un caramelito se equivocaban. Pero para intentar parar la intensidad rayista estaba el árbitro que en dos minutos sacó sendas tarjetas amarillas a Pacha Espino y a Ciss. El calor y las tarjetas rebajaron la intensidad de ambos equipos que encararon el túnel de vestuario con empate a 0 en el marcador pese a que los locales pidieron un penalti sobre Otavio en área vallecana.

Francisco movió el banquillo metiendo a Óscar Valentín, Mumin y Álvaro García por Unai López, Aridane y Bebé en el arranque del segundo acto. En el primer cuarto de hora no consiguió lo que buscaba. Y de hecho a la hora de partido el colegiado Vítor Ferreira se inventaba un penalti de Isi Palazón para llevar a los 11 metros a los locales. Dimitrievski volvió a hacerse grande para detenerle la pena máxima a Taremi.

Entre los cambios, el parón por el penalti inventado que nadie en el VAR tuvo la decencia de rectificar y las atenciones médicas a varios lesionados, el partido se cayó. La falta de ritmo la notaron los locales y los visitantes que no encontraron el juego fluído en la última parte del encuentro.

Y cuando parecía que el 0-0 era inevitable, el Rayo Vallecano protagonizó la mejor combinación del partido con centro incluido al segundo palo para Álvaro García que con pierna izquierda golpeó de volea con el alma. La pelota tras botar en el césped superó de parábola a Claudio Ramos. Una victoria histórica momentánea para un club humilde como el Rayo y para un superclase como Álvaro 'Stark' García.

Pero no dura mucho la alegría en casa del pobre. Sufrió el Rayo en la casa de los Dragones y más cuando estuvo jugando contra 14. En clara inferioridad y recibiendo varios codazos en el área hasta el final, el Porto le arrebató el triunfo de las manos con un gol de Námaso de cabeza que hizo el empate tras toda esa polémica arbitral. Pero nada nos quitará el recuerdo de habler plantado cara durante todo el partido y haberle ganado a todo un Oporto.

Allí, donde vivieron las casas importantes del fútbol estuvo Pasión por el Rayo Radio contándote el partido EN DIRECTO. Un equipo Champions para un partido Champions.