Decía un mítico jugador y entrenador de primera división, todo un histórico del fútbol español, que si no puedes ganar, por lo menos no pierdas. El espíritu de Johan Cruyff debió sobrevolar el estadio del Nuevo Mirandilla en el enfrentamiento entre Cádiz y Rayo Vallecano. Porque ninguno de los dos equipos propuso un fútbol suficiente como para reclamar con justicia los 3 puntos.

Francisco había sorprendido con una mini-revolución en su alineación dando entrada a 5 cambios con respecto al empate contra el Villarreal: Mumin, Ciss, De Frutos, Trejo y Camello eran de la partida en lugar de Aridane, Unai López, Isi, Kike Pérez y RdT. Piernas frescas para jugar el segundo partido en apenas 72 horas.

Analizar con estilo la primera mitad de este partido de la jornada 7 requeriría un esfuerzo titánico solo apto para las grandes firmas del país. Y con humildad no nos vemos dentro de ese grupo. La nada fue total hasta superado el primer cuarto de hora. Tan solo los amarillos inquietaron el área de Dimitrievski con un balón centrado al área que Roger no pudo conectar.

El Rayo había salido al césped sin intensidad, sin ritmo, sin las ideas claras. Casi como si faltaran ganas. Aunque a falta de todo ello le puso bravura para no dejarse amedrentar por un Cádiz que buscaba el gol por lo legal y por lo ilegal. El piscinazo de Maxi Gómez solo era un adelanto de lo que llegaría con Iván Alejo. Cada contacto al extremo era una oda al teatro más excesivo. Y el partido se ensució.

Porque los de Vallecas ya venían 'calentitos' por la decisión de Hernández Maeso de no dar la ley de la ventaja en una jugada en la que Camello haría el 0-1. Nadie en la franja daba crédito. Como tampoco lo haría cuando vieron tres amarillas y una roja en dos minutos. Trejo, Pep Chavarría y el Pacha Espino se cargaban para una segunda mitad condicionada por el arbitraje. Y Miguel Ortiz, el delegado del equipo, en la grada en el segundo acto.

A los escasos disparos de Álvaro García y el Pacha en la primera mitad se sumó otro remate mordido en el inicio de los segundos 45 minutos por parte de Camello. Para entonces el Rayo Vallecano ya tenía la batuta del partido gracias a un Ciss descomunal. Las pérdidas del Cádiz y los robos de los vallecanos llevaban a los rayistas hasta la frontal de Ledesma pero ni Lejeune, ni Isi, ni Álvaro García encontraron precisión en sus disparos.

Del Cádiz poco, por no decir nada. Francisco y Sergio González quemaban sus naves metiendo a sus delanteros de referencia arriba en busca del gol. Raúl de Tomás y Sergi Guardiola salieron con el único objetivo de evitar el primer empate a 0 de ambos equipos en la temporada. A punto iba a estar Isi de llevarse la gloria que no pudieron firmar ninguno de los dos killers. Solo una mano milagrosa de Conan Ledesma pudo evitar el 0-1. El Nuevo Mirandilla se puso en pie tras haber visto el zapatazo del de Cieza subiendo al marcador.

La emoción al empate la iba a poner la tardía expulsión de Mumin por las protestas al colegiado tras una inocente falta. No estuvo nada acertado el joven central franjirrojo que dejaba a los suyos con 10 a merced del último arreón de los gaditanos. Donde jamás hubo fútbol, los amarillos quisieron poner empuje. Por fortuna para la franja Dimitrievski rechazó la única clara ocasión de Guardiola y tras los 5 minutos de descuento el marcador no se movería. Un punto que a juzgar por lo visto sobre el terreno de juego supo a poco para los visitantes y a mucho para los locales.