Tiago Manuel Dias Correia. Cuatro nombres y apellidos que valen cuatro puntos. Los 3 de Las Palmas y el 1 de la Real Sociedad. Porque cuando todo parecía perdido en el pulso futbolístico contra un equipo Champions apareció la locura, esa pierna y ese golpeo que rescató un punto en Vallecas.

El partido comenzó con ambos equipos midiendo sus facultades, sus virtudes y sus defectos. Los visitantes intentaron golpear primero con un gran lanzamiento al palo de Brais Méndez. El sonido de la madera pareció despertar al Rayo que desde ese momento se hizo con el control del partido y empezó a disfrutar de ocasiones.

Tanto Álvaro García como Raúl de Tomás iban a desaprovechar las mejores poniendo el uy en la grada de un Vallecas volcado con su equipo desde el primer minuto. Y donde fallaron los delanteros iba a acertar un central. Mumin, titular hoy ante la ausencia por lesión de Aridane, iba a lograr un golazo tras un lanzamiento de falta de Lejeune poniendo en ventaja a los franjirrojos.

La alegría iba a durar poco como suele suceder en casa del pobre. Y eso que Dimitrievski evitó con una mano salvadora el empate un minuto antes de que llegara el gol de Oyarzabal. La Real había puesto el rodillo en los últimos minutos del primer acto para irse a vestuarios con la igualada y volver a medirse de poder a poder ante un Rayo que ya le había mostrado los colmillos.

El descanso permitió también a ambas aficiones respirar ante el ida y vuelta vivido en la primera mitad. No iba a cambiar mucho la cosa en la segunda mitad. Barrenetxea probó el golpeo desde larga distancia y a punto estuvo de sorprender a Dimi nada más comenzar la segunda parte.

El Rayo tenía buenas sensaciones, dominaba el tempo del partido y la posesión pero sufría a balón parado. Y lo iba a pagar con unas manos infantiles del Pacha Espino que permitieron a Oyarzabal sellar la remontada en el ecuador de la segunda mitad.

El segundo gol txuri-urdin noqueó a la franja ante un rival que juega mucho y al que da gusto ver jugar. Ni siquiera los cambios para volcar al equipo arriba parecían surtir efecto. Los de Francisco se veían incapaces de meterle mano a un rival que le escondió la pelota en los últimos minutos de partido. Hasta que llegó la locura. Y eso en Vallecas tiene nombres y apellidos. El del protagonista de esta crónica.

La zurda de Bebé rascó otro punto para el Rayo y para Vallecas en el tiempo de prolongación con un golazo marca de la casa. El empate enloqueció a una grada pasada por agua que le puso todo el corazón desde el 1 al 90. Fue valiente la afición, fue valiente el 10 franjirrojo y fue valiente Francisco terminando con apenas dos defensas sobre el terreno de juego.

El Rayo seguirá sin ganar a la Real Sociedad otro año más pero el encuentro entre ambos volvió a darnos un espectáculo futbolístico vibrante. Un ida y vuelta emocionante en el que Bebé acudió al rescate por segunda jornada consecutiva.