La camiseta de Bebé no tiene vida propia, no. Tampoco nos hemos dedicado a hacer un montaje visual con la fotografía. La camiseta de Bebé, con ese plano tan curioso, nos sirve 'de percha' (nunca mejor dicho), para hablar de la magia y la fe de un futbolista que sigue dando que hablar. Bebé es ese tipo de futbolista anárquico, diferente, poco disciplinado en algunos aspectos tácticos, pero con una gran calidad y con una fuerza mental que le están ayudando a sobrevivir, también a las malas, en el Rayo Vallecano y en Primera División.
Tras superar una gravísima y larga lesión, que estuvo cerca de suponer el fin a su carrera al máximo nivel futbolístico, Bebé sigue empeñado en reivindicar un sitio en la élite de nuestro fútbol. El año pasado tuvo que 'emigrar' a Zaragoza, donde siguen soñando con su regreso, para gozar de los minutos que Iraola le negaba en Vallecas. Este año Bebé pensó que podría tener más protagonismo con Francisco al mando, pero de momento las cosas continúan por el mismo camino. El internacional por Cabo Verde apenas está teniendo presencia pero, pese a todo, él sigue empeñado en dar guerra. Si hace una semana quiso ser el héroe del Rayo en Las Palmas pidiéndole lanzar el penalti definitivo a Oscar Trejo, hoy volvió a erigirse en el 'hombre milagro' capaz de cambiar el rumbo de los acontecimientos.
Bebé paró el mundo el Vallecas en el minuto 91 y lo hizo como mejor sabe, con uno de esos disparos de larga distancia que a veces dan en la diana y otras veces se marchan al limbo. Esa es su magia, ese es su carisma. Bebé paró el tiempo y su camiseta quiso disfrutar del momento con un vuelo que en el objetivo de nuestra cámara quedará plasmado para siempre como recuerdo imborrable de la magia de un futbolista diferente que hizo vibrar a Vallecas una vez más. Que siga 'tirando'.