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CRÓNICA

Osasuna 1-0 Rayo Vallecano: Jugar con fuego

Los cambios volvieron a no surtir efecto en los franjirrojos en el segundo acto

Escrito por Viernes, 15 Diciembre 2023

    En la segunda mitad Osasuna mejoró su faceta ofensiva y se llevó la victoria en un cabezazo de Raúl Garcia

    Mumin rozó el gol contra OsasunaMumin rozó el gol contra Osasuna(c) Rayo Vallecano

    Ficha técnica:

    Osasuna (1):  Sergio Herrera, Areso, David García, Juan Cruz, Aimar (Pablo Ibáñez, minuto 83), Iker Muñoz, Moi Gómez (Moncayola, minuto 69), Rubén Peña (Nacho Vidal, minuto 83), Rubén García (Arnaiz (A), minuto 69), Budimir (Raúl García, minuto 83) y Chimi Ávila.

    Rayo Vallecano (0): Dimitrievski, Balliu, Mumin, Lejeune, Pacha Espino (A), Ciss (A) (Unai López, minuto 72), Óscar Valentín, Isi (De Frutos, minuto 88), Kike (A) (Nteka, minuto 62), Álvaro García (Bebé, minuto 72) y Raúl de Tomás (Camello, minuto 88).

    Goles: 1-0. Minuto 90+5. Raúl García

    Árbitro: Iglesias Villanueva

    VAR: Soto Grado


    OSASUNA 1 (Raul García)  - RAYO 0

    Es innegable que este Rayo Vallecano tiene un gen competitivo muy arraigado. Heredado de los últimos años y trabajado aún más esta temporada. Porque no todo el mundo puede decir que ha plantado cara a Girona, Real Madrid, Barcelona... Pero una cosa es competir y otra muy diferente es ganar. Y parece que en los últimos tiempos a los de Vallecas parece que se les ha olvidado cómo hacerlo.

    En Pamplona lo vimos durante toda la primera mitad. Los de Francisco fueron capaces de maniatar a un Osasuna que puso en liza a buena parte de sus mejores jugadores (Moi Gómez, Rubén Peña, Budimir, Aimar Oroz, Chimy Ávila...) aunque no al ex de la franja Catena. Dimitrievski apenas tuvo que intervenir durante los primeros 45 minutos salvo para sacar algún balón aéreo sin excesivo peligro.

    Por contra, el Rayo acumuló las mejores oportunidades del primer acto. Esas que en cualquier otro escenario entran sobradamente en portería. Porque nadie podía suponer que Sergio Herrera iba a llegar con la yema de los dedos a desviar ligeramente la folha seca desde 30 metros de Lejeune que se colaba irremisiblemente. El misil tierra-aire salió escupido por el poste izquierdo y Óscar Valentín no pudo cazar el rechace ya con el guardameta batido.

    Apenas acababa de arrancar el encuentro y los de Vallecas avisaban que iban a por todas. El juego se trabó por momentos con un Osasuna que no daba a basto para sacar el balón de atrás y la rifaba constantemente. De una falta iba a llegar el segundo aviso. Y nadie podía imaginar que la volea de Mumin sólo frente al cancerbero rojillo se iba a ir por milímetros por encima del larguero. Ni que la rosca de RdT en otra falta no cogiera la suficiente curva para sorprender por el palo corto a Herrera.

    Como se dice en boxeo, los vallecanos eran merecedores de la victoria por puntos. Pero no es nuestro deporte sino otro todavía más difícil de comprender. Porque en cualquier otra disciplina un noqueo como la volea de RdT dentro del área acababa con el contrincante en la lona. El paradón del MVP local mantuvo a su equipo vivo en el partido. Sergio Herrera no estaba dispuesto a arrojar la toalla y pedía a gritos un round más donde poder dar la sorpresa.

    Osasuna se permitió el lujo de dar el primer disparo entre palos en el minuto 70 en un cabezazo de Budimir desde demasiado lejos. Pero la ofensiva (y los cambios de Arrasate) terminaron por espabilar a los rojillos que perdonaron apenas un par de minutos después a la salida de un córner. Desde la esquina el equipo pamplonica amenazaba el punto que el 0-0 otorgaba al Rayo. Con un cuarto de hora por delante, las espadas estaban en todo lo alto y cualquier gol podía cambiar trágicamente el destino del encuentro.

    A punto estuvieron de lograrlo los locales tras un cabezazo de David García que tras botar estuvo a punto de colarse por la escuadra. El larguero salvaba a los franjirrojos que empezaban a notar la presión de las gradas de El Sadar que no dejó de animar ni un solo minuto del partido ni aún cuando los suyos estaban en sus peores momentos.

    Los casi 19.000 espectadores que hicieron vibrar el coliseo rojillo estuvieron cerca de tener su recompensa al borde del descuento. Pero Dimitrievski le sacó a Moncayola el remate a bocajarro. La hinchada rayista respiró. Después de dominar todo el partido, parecía injusto sufrir este final. Pero el fútbol aún le tenía reservado un destino más cruel con un gol de Raúl García de cabeza a la salida de un córner tras una marca muy blanda de Iván Balliu. Al Rayo se le ha olvidado ganar y después de jugar con fuego pagó muy cara su amnesia.

     

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