Jugarte la permanencia en casa y acabar expulsado en el minuto 4 es algo que no pasa todos los dias. Y en esta ocasión le tocó a Óscar Trejo vivir la parte más amarga del fútbol. El Rayo Vallecano - Granada acababa de empezar cuando en un saque de puerta con varios rechaces peleó un balón de espaldas levantando la pierna y recibiendo la segunda tarjeta roja más rápida de la historia del club franjirrojo en primera división.
Su equipo quedaba entonces 85 minutos con un futbolista menos y en la grada muchos contenían la respiración o les costaba tragar saliva con lo que la expulsión podía significar en la deriva del encuentro y de la temporada. Sin embargo, sus compañeros cerraron filas y jugaron como si fueran 14, como dijo el bueno de José Ramón Sandoval.
🎙️ Íñigo Pérez: "Es muy difícil ganar con diez desde el minuto cinco. El partido es de mucho, mucho mérito. Orgulloso del trabajo. Tenemos que seguir. Insistir porque en tres días tenemos otro partido".
— Rayo Vallecano (@RayoVallecano) May 15, 2024
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En la montaña rusa de emociones, Óscar Trejo después de ser expulsado recibió el ánimo y el cariño de toda la grada que le aplaudió porque un inocente error no empaña una trayectoria de leyenda en el club, se quedó en el túnel de vestuarios angustiado por sumar 3 puntos vitales pero respiró aliviado y fue aclamado y manteado cuando terminó el 2-1.
Porque lo fácil era meterse para dentro y no aceptar su error pero el de Santiago del Estero salió de la bocana de vestuarios pidiendo perdón y fue inmediatamente apoyado de manera unánime tanto por compañeros como por todo el rayismo congregado en el estadio de Vallecas.