Opinión. Habrá quien diga que para los gustos se inventaron los colores. Habrá quien piense que quizá esta o aquella "no está tan mal". Habrá quien opine... y ahí me voy a quedar yo, en mi opinión. Vaya por delante que la discusión sobre la estética me parece la menos importante, pero ¿podían ser más feas? El logo del centenario me parece poco agraciado, poco trabajado, poco vistoso. Si la idea es añadirlo como motivo principal de las camisetas que lucirá el Rayo Vallecano el año de su 100 cumpleaños, el tema ya se pone serio. Vuelvo a preguntarme, ¿podían ser más feas? En fin, es lo que hay y poco más se puede hacer. Ningún toque 'retro', poner el escudo en el centro y hacer unas camisetas simplonas y sin gracia parecen el sino al que nos vemos abocados año tras año. Y me dirijo ahora de manera directa a quien se encarga de esto: Este año ya te podías haber gastado la pasta en contratar a profesionales del diseño que presentaran un buen puñado de ideas y, si me apuras, incluso haber pedido opinión al rayismo (eso ya hubiera sido un toque distintivo del que careces y carecerás siempre).

Expresada mi opinión sobre lo visual pasemos a lo realmente importante. Hay cuestiones que deben estar por encima de lo estético, de los gustos o caprichos o de las opiniones. Una de ellas es la identidad y, en el Rayo, no hay nada más identitario que su franja, esa que cruza el pecho y que en su primera equipación es roja. No es algo opinable, no es algo caprichoso, no es algo de quita y pon. La franja es el Rayo tanto como el Rayo es la franja y no se entienden el uno sin la otra o la otra sin el uno. Mucho menos en una fecha tan destacada, importante y significativa como el centenario. Este era el momento de corregir uno de los graves errores en los que ha incurrido el Rayo Vallecano de Presa, pero no, lejos de arreglarlo, el Rayo de Presa da un paso más hacia el abismo de los sentimientos. Hay cosas con las que no se debería jugar y, entendiendo que Umbro es simplemente un instrumento, será la propia marca deportiva la que de manera indirecta también vea desprestigiar su nombre con las decisiones arbitrarias, personales e ilógicas de quien las toma.

El Rayo debería tender puentes, recuperar valores, ideas, sentimientos y tantas otras cosas perdidas a lo largo de los últimos años, pero hace todo lo contrario. El fútbol profesional engulle todo, lo llena todo de dinero y sirve como excusa y trampolín para que cualquiera pueda sentirse con el derecho y la capacidad de intentar borrar de un plumazo hasta los 100 años de historia de su propio club. Ya he visto que hay muchos de vosotros que opináis como yo, el Rayo debe rectificar, Umbro debe rectificar, Presa debe rectificar.

En el Centenario el Rayo Vallecano debería recuperar más pronto que tarde su franja, pero también su escudo y, si me apuráis, hasta su nombre. Sé que todo esto caerá en saco roto y que nadie, el nadie más absoluto, va a hacer caso a la opinión de un medio como el nuestro, pero que conste, seguiremos peleando por conseguir un Rayo mejor y, sobre todo, un Rayo que nos represente. Lo que han hecho con las equipaciones del Centenario es un ataque directo al eje de flotación de un club histórico, un ataque más a todo lo que signifique sus valores y sus sentimientos. Depende de ti, depende de todos, aguantar, resignarse o levantar la voz. Yo levanto la mía: La franja debe volver a las camisetas del Rayo y mucho más ahora. Lo digo hoy, lo diré mañana y lo diré siempre. Una pena, otra pena más.