Los días pasan, caen los entrenamientos, se suceden los partidos de pretemporada y el Rayo Vallecano de Íñigo Pérez sigue sin encontrar las mejores sensaciones posibles. En Córdoba, donde disputó el II Trofeo Puertas de Córdoba, bajo un intenso calor volvió a repetir errores groseros en salida de balón pero lo peor es que no termina de enseñarnos las cartas y dejarnos clara su idea de juego.

Nada extraño si tenemos en cuenta que desde antes del minuto 10 ya iba a remolque. Un pase a la espalda de Aridane y Balliu lo aprovechó Jacobo para batir de vaselina a un Cárdenas que tampoco está pudiendo reivindicarse.

La presión arriba del equipo rayista era lo único que permitía pisar con peligro el área rival. Porque en la creación de juego Gumbau y Ciss se anulaban prácticamente entre sí al jugar en paralelo y no aparecer entre líneas.

Solo De Frutos y Nteka parecían sorprender en ataque a un muy bien ordenado Córdoba que se libró del empate al borde del descanso en una jugada en la que el delantero rayista estuvo algo lento.

Pero el francés de origen angoleño se iba a redimir nada más arrancar el segundo tiempo. Tras un robo en presión alta cogería la pelota y se iría de dos defensas y batiría por bajo y pegado al palo al cancerbero cordobés.

Tras el empate y con el baile de cambios, los de Vallecas no encontraron el ritmo ni el juego y no consiguieron generar peligro ante un Córdoba que se iba a adjudicar su torneo en la tanda de penalties final. Con la afición molesta por la subida del precio de abonos y la falta de los símbolos identitarios en la camiseta del centenario, la pretemporada se está haciendo muy cuesta arriba. Sin franja y sin arrancar.