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CRÓNICA

Real Sociedad 1-2 Rayo Vallecano: Un sueño hecho realidad

El equipo 'rayiblanco' estrenó su condición como equipo centenario en partido oficial mostrando su mejor cara

Escrito por Domingo, 18 Agosto 2024

    Descomunal partido de Mumin, Lejeune, De Frutos y un enrachado Camello.

    Jugadores del Rayo celebrando el 0-1 contra la Real SociedadJugadores del Rayo celebrando el 0-1 contra la Real Sociedad(c) LaLiga

    Ficha técnica:

    Real Sociedad (1): Remiro, Traoré (Aramburu (A), minuto 75), Aritz, Pacheco (A), Javi López, De Zárate (A) (Zubimendi, minuto 46), Turrientes (Sergio Gómez, minuto 67), Becker, Brais Méndez, Kubo (Barrenetxea, minuto 67) y Oyarzabal (Sucic, minuto 83)

    Rayo Vallecano (2):  Cárdenas, Ratiu (Balliu, minuto 79), Lejeune, Mumin, Pacha Espino, Óscar Valentín, Unai López (Gumbau, minuto 46), De Frutos (Ciss, minuto 75), Isi, Embarba (A) (Pep Chavarría, minuto 75) y Nteka (A) (Camello, minuto 63)

    Goles: 0-1. Minuto 67. De Frutos. 0-2. Minuto 84. Camello. 1-2. Minuto 90+7. Zubimendi

    Árbitro: Hernández Hernández

    VAR: Figueroa Vázquez


    REAL SOCIEDAD 1 (Zubimendi) - RAYO VALLECANO 2 (De Frutos y Camello)

    El Rayo Vallecano y todo el rayismo nunca olvidarán el partido contra la Real Sociedad de la jornada inaugural de la temporada 2024/2025. Porque nadie pudo imaginar en los humildes orígenes de esta entidad fundada en la casa de la familia Huerta y amadrinados por Prudencia Priego que algún día el sueño de aquellos jóvenes que crearon la Agrupación Deportiva El Rayo iba a cumplir 100 años de vida en la élite del fútbol español. Un sueño que nadie pensó que sería realidad.

    El azar además quiso que su estreno fuera en un mítico escenario como Anoeta donde muchos rayistas se sienten como si fuera su segunda casa. Así fue como la afición y el club txuri-urdin nos hicieron sentir durante todo este domingo 18 de agosto. Una fecha que ya forma parte de la historia de la entidad vallecana para siempre.

    La puesta en escena del Rayo en su primer partido como club centenario no fue sencilla por la entidad del rival, por la presión de la grada rival y por las circunstancias de su plantilla. Íñigo Pérez llegó a San Sebastián sin varias piezas claves: Álvaro García y Raúl de Tomás, por lesión; Camello con apenas un par de entrenamientos en sus piernas después del oro olímpico; y con los descartes técnicos de Joni Montiel, Bebé y Martín (ya traspasado al Atlético). El técnico rayista repitió la alineación de sus últimos amistosos con su zaga habitual, Óscar y Unai en la sala de motores Isi de enganche en lugar del Chocota Trejo y las bandas para Embarba y De Frutos.

    Pero si algo caracteriza a Vallecas es que no es fiera para domar. Y que pese a no llegar en plenitud sus zarpazos pueden ser muy peligrosos. La afición donostiarra contuvo la respiración cuando el reloj apenas marcaba 10 segundos de partido al ver a Ratiu intentar embocar de rabona un balón suelto en la frontal del área pequeña que Remiro se había comido. Sólo la providencial pierna de Pacheco pudo evitar el 0-1.

    La ocasión envalentonó a los 'rayiblancos' que se lanzaron a tumba abierta a por la Real. El equipo vasco apenas lograba salir con claridad de su campo ante un Rayo presionante, decidido pero al que le faltó claridad en los metros finales. Poco a poco los locales empezaron a ver la luz, las líneas de pase a sus jugadores clave y la velocidad en bandas de Kubo y Becker.

    El paso atrás del Rayo supuso las primeras ocasiones para los de un Imanol Alguacil que le pedía fútbol a su sala de máquinas. En el ecuador del encuentro Cárdenas se vestía de héroe sacando con los guantes un zapatazo de Turrientes desde la frontal que lamió el larguero. Y si el cancerbero estuvo muy acertado en esa jugada no lo estuvo poco después en un córner que no acertó a despejar y Aritz terminó mandando inexplicablemente fuera en su remate de cabeza.

    Sufrían los de Íñigo Pérez. Sufría el rayismo que se encomendaba a la diestra de San Florian Lejeune desde 35 metros en una falta muy lejana que Remiro, esta vez sí, atajó con confianza. Ninguno de los dos conjuntos encontraba su juego ni la contundencia en el área rival como para desequilibrar un choque que pasado el minuto 46 tomó rumbo a los vestuarios.

    Conscientes ambos técnicos de que cualquier mínimo detalle podía desnivelar la balanza sustituyeron a sus futbolistas amonestados en el inicio del segundo acto. Zubimendi, aclamado por los suyos. Gumbau, que debutó en partido oficial, por los casi 300 rayistas desplazados a San Sebastián.

    La segunda parte empezó siendo dominada por una Real que ganó confianza en las transiciones y en sus desplazamientos en largo a sus puntas. Mumin y Lejeune se turnaban en las ayudas, en las anticipaciones, en las carreras a la espalda... dando solidez a un equipo que necesitaba mantener la portería a 0 dada su limitación goleadora. Si la cabeza no puede estar tan caliente como nos gustaría (inexplicable que la ocasión de Gumbau acabara en el pecho de Remiro), al menos no pasar frío por los pies.

    Y en ese partido imperial de Abdul Mumin iba a encontrar el Rayo el 0-1. La recuperación del de Ghana y su slalom eliminando rivales en su transición hacia el área rival le dio a De Frutos la razón para recortar una y otra vez a su par en la zaga y soltar el zapatazo que puso al rayismo a soñar con algo muy grande.

    Los retoques de un Íñigo Pérez que lograba su primer gol como visitante y su primera victoria temporal intentaron reforzar físicamente a un Rayo tremendamente serio en la zona ancha. Camello tiraba desmarques, Ciss escondía el balón y Mumin despejaba todo lo que pasaba por el área rayista. La valentía vallecana iba a encontrar premio en el segundo gol tras el enésimo fallo defensivo de la Real. Ciss le servía a Camello un pase filtrado que el oro olímpico mandaba a la jaula. Un 0-2 para creer que se puede creer pese a todo y pese a todos. Porque a veces los sueños sí se hacen realidad y ni siquiera el postrero tanto de Zubimendi nos hizo despertar.


     

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