Si El Sueño de una noche de verano de William Shakespeare se hubiera tenido que inspirar en el Getafe - Rayo Vallecano de esta jornada 2 del recién inaugurado campeonato 24/25, probablemente en lugar de una comedia hubiéramos disfrutado de una tragedia en dos actos. Los dos tiempos que nos 'regalaron' dos equipos más preocupados en superarse en el cuerpo a cuerpo que en buscar la portería contraria. Aunque probablemente ambas estuvieran íntimamente ligadas.

Tanto Bordalás como Íñigo Pérez pusieron en liza sus alineaciones más físicas en la zona ancha del terreno de juego con solo la presencia de Trejo y Milla para intentar aportar algo de luz en esos balones divididos que se iban a ganar en zona de tres cuartos de campo del rival. Ciss y Trejo tenían que funcionar en esa combinación. Los de Vallekas además reemplazaban al lesionado Ratiu por Balliu. El resto de futbolistas que saltaron al césped del Coliseum eran los de San Sebastián.

No mucho más distinto pudo alinear Bordalás que apenas tenía 18 futbolistas en su plantilla y se puso en manos de nuevo de un Uche que se las tuvo tiesas durante todo el partido con Lejeune. Y esa 'batalla' fue fiel reflejo de toda la primera mitad. Juego detenido una y otra vez por choques, duelos, enfrentamientos, balones divididos... Tuvimos que esperar al ecuador de la primera parte para ver las primeras ocasiones de Sola y Trejo que se fueron por poco, pero sin coger portería.

Getafe y Rayo se anulaban mutuamente en la presión y cerraban filas en cuanto el rival pisaba su área. Soria y Cárdenas se fueron inéditos a vestuarios. Un espectáculo trágico para el espectador como si fueran dos familias de Verona enfrentadas y supiéramos cómo iba a terminar todo.

No pudimos enamorarnos tampoco a primera vista del segundo acto del Getafe - Rayo porque las páginas repetían lo visto una hora antes. Y más entre el rayismo porque los azulones arrancaron mejor tras el descanso. El balón sobrevoló el área 'rayiroja' en todas direcciones, pero los futbolistas getafenses no acertaron a colocarlo entre los 3 palos.

Sufría el Rayo por ambas bandas. La frivolidad de Iglesias superando de túnel al Pacha Espino tampoco llegó al casillero de disparos a portería. A la hora de juego, un punto parecía un buen botín para los de Íñigo Pérez en su segunda salida lejos de Vallekas.

Entró entonces en escena el plan B poniendo en escena a Isi, Álvaro García (primeros minutos para el extremo tras su lesión), Camello y Unai López. El Rayo quería aparecer entre líneas, encontrar a sus bandas o filtrar en velocidad al campeón olímpico como ya vimos en Anoeta. La idea requería paciencia y tranquilidad. Algo que precisamente el Getafe no te deja tener en su feudo y la precipitación favorecía las transiciones locales.

Pero ni unos ni otros encontraban el camino al arco rival. Los locales se encomendaban al balón parado desde cualquier posición (faltas, saques de banda, córners...). Los visitantes, a una jugada mágica que nunca llegó. Porque las imprecisiones se adueñaron de las postrimerías de un partido que nadie mereció ganar y que deja a ambos equipos invictos y conscientes de que el camino a la permanencia pasa por la solidez defensiva.