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CRÓNICA

Rayo Vallecano 1-1 Atlético de Madrid: Enamorado del Rayo centenario

El amor a los colores y a la franja que se vive en ese vestuario se ha contagiado del más veterano al recién llegado

Escrito por Domingo, 22 Septiembre 2024

    Encuentro repleto de ocasiones para ambos equipos que tuvo tensión hasta los minutos finales

    Los jugadores del rayo celebrando el gol ante el At. MadridLos jugadores del rayo celebrando el gol ante el At. MadridPasión por el Rayo

    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (1): Batalla, Ratiu, Mumin, Lejeune, Chavarría, Ciss, Unai López (Óscar Valentín, minuto 65), De Frutos (Balliu, minuto 85), Isi (Sergi Guardiola, minuto 85), Embarba (Camello, minuto 65) y Nteka (James, minuto 73)

    Atlético de Madrid (1):  Oblak, Molina, Lino (Griezmann, minuto 46), Azpilicueta (Giménez, minuto 44), Witsel, Reinildo, Llorente (Correa, minuto 46), Gallagher, Koke, Julián Álvarez y Sorloth (Giuliano Simeone, minuto 85)

    Goles: 1-0. Minuto 33. Isi. 1-1. Minuto 50. Gallagher

    Árbitro: Melero López

    VAR: Figueroa Vázquez


    RAYO VALLECANO 1 (Isi) - ATLÉTICO DE MADRID 1 (Gallagher)

    Rebuscando metáforas, referencias futbolísticas o culturales o guiños para definir esta crónica me he dado cuenta de que a veces es más sencillo hablar con el corazón que con el cerebro. Y después de las primeras 6 jornadas del Rayo Vallecano centenario de Íñigo Pérez tengo que confesar que me he enamorado. Por ahora no soy del todo correspondido ya que los de Vallecas suman muchos menos puntos de lo que merecen tras 6 grandes encuentros en el inicio del campeonato de Liga 24/25.

    Cuando uno está enamorado no tiene dudas de que todo va a ir bien pese a que en un principio todo pueda parecer patas arriba. Porque el técnico rayista decidió cambiar casi todo lo que se podía cambiar con respecto a Osasuna. Su plan de juego incluía un mano a mano físico contra un Atlético de Madrid que venía de desfondarse en la Champions y que reservó a muchas de sus estrellas.

    El amor a los colores y a la franja que se vive en ese vestuario se ha contagiado del más veterano al recién llegado. Y por ello en la primera cita para muchos de ellos se entregaron como los que ya celebramos las bodas de plata o de oro en Vallecas. A los colchoneros tampoco les disgustó el plan y desde el primer minuto se entregaron a su pareja de encuentro.

    Cada ataque en cada área era como esa promesa del primer beso que casi siempre suele tardar en llegar. Batalla y Oblak pusieron el candado a sus porterías en las primeras ocasiones de Lino y Embarba. Vallecas disfrutaba del espectáculo como quien recibe las flores más bonitas en el día más especial del año. Pese al susto de Julián Álvarez al larguero.

    Iba a ser la tónica de todo el encuentro. Porque en el Rayo creen que es posible hacer una gran temporada en este centenario y pelean cada balón, sueñan en cada ataque y se unen en cada acción defensiva. Todos a una deseando un desenlace mucho menos trágico que el de Romeo y su Julieta. Solo así se entiende el bestial rugido tras la jugada de tiralineas que supuso el gol de Isi: robo de Ciss, pase a De Frutos que conduce y divide, cede a Ratiu cuyo centro mandó a la jaula el de Cieza no sin suspense tras revisión del VAR por posible fuera de juego.

    Con el 1-0 en el marcador, la historia de amor parecía todavía más idílica si cabe. Todo fluía y parecía de color de rosa pero aún faltaban 45 minutos para redondear la noche. Casi todo lo que Simeone había reservado en la primera mitad lo puso en liza en la segunda. Griezmann y Correa (y poco antes Giménez) le dieron al Atlético un flechazo directo al corazón que no tardó en traducirse en el empate.

    Balón en largo a Sorloth que tras irse de Batalla y evitar ser puesto en órbita en el intento de despeje de Mumin (hubiera sido el penalti más claro de la historia del fútbol) le cedió la pelota a Gallagher cuyo disparo ajustado se coló en las redes rayistas. Después del desamor que sufrió el Rayo contra el Barcelona, lxs de Vallecas no querían sufrir otra ruptura de puntos y le cedió el mando y el protagonismo a los colchoneros.

    Los del Manzanares se toparon entonces con un inspirado Batalla que rechazó cada disparo visitante. Los cambios en uno y otro equipo no terminaron de surtir el efecto deseado ni en un bando (la conexión James-Camello no funcionó y se llegó a echar de menos los balones que bajaba Nteka como ese amor de verano que uno siempre añora) ni en el otro (con un Griezmann físicamente al límite tras el esfuerzo europeo).

    El pitido final puso fin al romance de los enamorados de la franja quienes una vez más entregaron alma, corazón, gargantas y espíritu por llevar a su Santa Inés al mejor puerto en el año del centenario. Vivimos enamorados del Rayo centenario. Aunque por ahora no sea correspondido en puntos...

     

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