Cuando Pep Chavarría se lesionó en la primera mitad del Girona - Rayo Vallecano, nacía en el primer equipo franjirrojo un severo problema al tener a sus dos laterales izquierdos lesionados durante un largo periodo de tiempo. Sin embargo, Íñigo Pérez encontró en Iván Balliu al comodín perfecto para arreglar el agujero de esa banda.

El futbolista gerundense de origen albanés ha cumplido con creces su misión de ser el lateral zurdo más diestro, algo que no se veía por Vallecas desde la dupla Cota - Alcázar o quizá más recientemente con un De Frutos reconvertido ahí a las órdenes de Paco Jémez.

Preguntado por Pasión por el Rayo, Íñigo Pérez dejó claro que tenía pocas dudas de que lo iba a hacer excepcionalmente bien: "Iván ya lo he comentado alguna vez porque es muy importante en el grupo. Está demostrando su rendimiento. Es una gozada tenerle porque puede jugar en cualquier lado. Ojalá pudiera tener 11 ivanes porque es seguro que no fallaría. Estoy contento porque participe porque le ha tocado esperar y ahí está. No se queja y lo hace bien. Es un ejemplo en el que todos los compañeros deben mirarse. Los dos centrales han empezado muy bien, están conectados y se complementan muy bien. No se pueden relajar porque Aridane y Pelayo llevan semanas empujando y en el momento en el que haya que hacer un cambio estaré tranquilo porque los jugadores me dan esa tranquilidad".

Su última actuación en Valladolid también le valió los elogios de su entrenador: "Aunque no hubiésemos ganado, no es algo que dependa solo de un par de actuaciones sino que es algo que él repite de manera regular día tras día y durante todos estos años que ha estado jugando. Estoy muy contento, porque no es fácil no iniciar la temporada de titular viniendo de ser un titular habitual y ahora te toca jugar en una posición que no es la tuya, lo fácil para él hubiera sido buscar una excusa o una queja y ya decía que es alguien en quien tenemos que fijarnos por cómo afronta este tipo de obstáculos y por cómo rinde".