Decir que Europa pasaba por Mallorca en la jornada 10 quizá pudiera ser, a priori, un mensaje demasiado optimista, pero viendo que los rivales de hoy, Mallorca y Rayo, llegaban a un punto de puestos europeos antes de arrancar la jornada, daba para soñar con ver a unos u otros subidos al tren que te lleva más allá de los Pirineos la próxima temporada.

Los aspirantes bermellones y 'rayirrojos' se citaron y los locales lo hicieron con contundencia. En el primer minuto ya habían estrellado, por mediación de Robert Navarro, un primer balón en el palo de la portería de Batalla. El cuerpo a cuerpo de presión, envíos a banda, velocidad, entusiasmo, pelea y fútbol, de momento sonreía a los insulares.

Estaba por ver cómo funcionaban los cambios introducidos por un Iñigo Pérez que en la previa volvió a "dar explicaciones" sobre la ausencia de James en el once, otra vez, sí. La diferencia sobre el equipo que derrotó al Valladolid venía por dar presencia física al equipo en el centro, con Gumbau, y velocidad en la banda izquierda, con Alvaro García. 

El Rayo buscaba asentarse en un partido en el que de nuevo iba a ser el Mallorca el que, a los diez minutos, iba a gozar de la segunda clara oportunidad de decantar el choque a su favor. Un gran centro de Mojica desde la izquierda sería rematado de cabeza por el 'gigantón' Muriqi, que la picó demasiado enviándola directamente fuera. Segundo 'toque' de los de Arrasate, que encontraban huecos por el centro para circular y progresar desarbolando la presión inicial de los vallecanos. Con el balón en los pies el Rayo encontraba dificultades para encontrar a un Alvaro que, cuando apareció lo hizo generando mucho peligro. Un centro del extremo desde su sitio permitió a Camello rematar, sin ventaja pero con peligro. El posterior saque de esquina acabó en nada. El partido prometía, porque el Rayo, que había empezado siendo inferior a su rival, quería dejar clara su candidatura a entrar en el selecto grupo de los equipos importantes de la liga. ¿Hay mejor manera de celebrar un Centenario que parece que sólo le importa a unos pocos?

Tras los chispazos iniciales, la pelea bajó de nivel y el fútbol control empezó a imponerse. El Mallorca conservaba la posesión esperando que el Rayo activara su seña de identidad, la presión, para iniciar el trabajo. Los mallorquines tenían estudiada al dedillo la forma de presionar de los vallecanos y esperaban ese momento para lanzar su ofensiva con calidad y velocidad. Así volvió a llegar otra ocasión de centro al área con intervención de Batalla, que se quejó con insistencia de una posible falta al intentar blocar. El Mallorca llegaba más que el Rayo. El Rayo se defendía más que el Mallorca. La estrategia estaba servida.

Mediada la primera mitad llegaría la segunda presencia rayista en área local. Ratiu centró desde la derecha, con la potencia de un disparo, y De Frutos desviaba la trayectoria para "rematar" directamente fuera. Llegaba el momento de demostrar que el partido podía tener un desarrollo diferente, aunque manteniendo las alertas defensivas por la presencia de dos delanteros peligrosos como Larin y Muriqi. En el otro lado Camello hacía lo que podía, con Isi buscando su sitio y con De Frutos, y sobre todo Alvaro, intentando percutir por banda. La pelea del centro del campo, de momento caía de lado bermellón.

Alcanzada la media hora, con el Mallorca dominando el juego, el Rayo sufría para sacar el balón mientras su rival lo hacía con calidad encontrando a Darder para superar líneas y llegar por banda. A los vallecanos les costaba encontrar el faro que les guiara en el centro y tenían que buscar al 'jefe Isi' unos metros más arriba. Cuando apareció, el hoy capitán, descargó para Alvaro que, encontrando a Gumbau, remató flojito. La siguiente llegaría con un recurso distinto, la contra. De Frutos encontró camino abierto en el carril derecho y centró atrás para que Camello, al primer toque, rematara directamente fuera.

A falta de tres minutos para el final de la primera parte, en un centro de Unai y remate de De Frutos, el colegiado mantuvo el suspense de una revisión de VAR por posible penalti a favor del Rayo que no terminó fructificando. Tras el chequeo no encontraron la imagen definitiva que hubiera brindado la opción del 0-1 que seguía sin llegar por el juego vallecano. A seguir jugando y a sufrir. Batalla iba a hacer un paradón espectacular a remate de Robert Navarro que la tuvo en el minuto 1 y en el 45.

La segunda parte empezó como había terminado la primera, con Batalla interviniendo para evitar el 1-0 y con el Mallorca atacando. El Rayo arrancó descolocado y los de Arrasate aprovecharon para ponerles contra la pared con claridad de ideas y con buenos centros. Larin remató de cabeza directamente fuera, Darder la mandó al mismo sitio un minuto más tarde y el Rayo bastante tenía con mantenerse en pie ante la avalancha inicial de su rival. El monólogo del Mallorca veía cimentado por las emboscadas en las que continuamente caía el Rayo en su intento por sacar el balón. No había manera.

El partido estaba claramente decantado a favor de un Mallorca que iba a terminar soñando con Batalla, que voló para evitar otra vez el 1-0 antes de la entrada del añorado y deseado James (al menos por sus incondicionales, que siguen haciendo mucho ruido apoyados en la insistencia mediática que hace más daño que otra cosa con su insistencia). Una vez más, poco que destacar por la entrada del cafetero.

Otra vez iba a ser Batalla el que evitaba que Muriqi rematara de primeras. El portero argentino aguantó en pie la finta del delantero, que se quedó sin angulo por la gran acción del guardameta, que ya era de lejos el mejor del Rayo, pero de muy lejos... aunque era imposible que pudiera hacerlo todo. En un saque de esquina en el que Lejeune se quedó bloqueado, Muriqi remató completamente solo para marcar. Su inapelable remate de cabeza llevaba la justicia al marcador de un partido en el que ya sólo había un equipo en liza.

El Rayo estaba totalmente desaparecido y, cuando ya no valía confiarlo todo a Batalla, apenas quedaban 10 minutos pare reaccionar. Lo intentaron los vallecanos, con más corazón que cabeza y con más desorden que calidad, y el resultado fue que el partido acabó con al derrota de un Rayo que no estuvo a su mejor nivel y en el que tan solo destacó Batalla, que no pudo hacerlo todo, en un partido que acabó con gol anulado al Mallorca por fuera de juego.