La expulsión de Mumin cambió un partido que estaba siendo dominado por un ambicioso Rayo Vallecano al que solo le faltaba la eficacia arriba para abrir el marcador. Sin embargo, al quedarse con 10 cambió el guión por completo de un partido que el equipo de la franja terminó sin delantero centro ni falso 9.
El Alavés fue el dueño y señor de la segunda mitad hasta que Íñigo Pérez decidió mover el banquillo retirando a Camello del terreno de juego para dar entrada a Embarba, reemplazando al amonestado Unai López por el goleador Gumbau y a Isi por Aridane para defender el balón aéreo que se vaticinaba en los últimos minutos por parte del Alavés.
FINAAAAAAAAAAL
— Pasión por el Rayo/PxR Radio (@pasionporelrayo) October 26, 2024
⚪🔴⚪ Rayo Vallecano 1-0 Alavés ⚪🔵
✍🏼Toneladas de coraje
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Y todo le salió a la perfección. Sin referencia a la que fijarse (Camello sufrió un martirio de partido de espaldas recibiendo innumerables faltas), el equipo de la Albufera se puso en manos de sus 'velocistas': Chavarría, Ratiu, Alvaro García, De Frutos y Embarba. Todos ellos aparecían por diferentes zonas del campo, intercambiando posiciones, cayendo a bandas, llegando a línea de fondo y desquiciando a un Alavés que acusó el gol en contra y se deshizo como un azucarillo pudiendo encajar un par de tantos más.
El Rayo jugó al ataque los últimos minutos sin ninguno de sus delanteros suplentes (Nteka, Sergi Guardiola y Raúl e Tomás) en el césped. A nivel táctico, Íñigo lo explicaba así: "Cuando te quedas con uno menos, creo mucho en jugar con 4-2-3, con extremos cerrados. Embarba y Álvaro García se emparejaban con el cambio que han hecho Joan Jordán y dejar espacio libres a los centrales para sacar el balón y jugar".