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CRÓNICA

Rayo Vallecano 1-3 Las Palmas: El balón parado y la falta de puntería condenan al Rayo

El Rayo perdonó en ataque y concedió en balón parado para acabar goleado ante Las Palmas

Escrito por Viernes, 08 Noviembre 2024

    El Rayo Vallecano cayó claramente (1-3) ante la U.D. Las Palmas en un partido que se decidió con dos acciones a balón parado. Los vallecanos no estuvieron acertados en ataque.

    De Frutos intentando una acción de ataque por banda derechaDe Frutos intentando una acción de ataque por banda derechaPasión por el Rayo

    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (1): Batalla, Ratiu, Aridane (Guardiola, minuto 70), Lejeune, Pep Chavarría (Pedro Díaz, minuto 76), Gumbau (A) (Trejo, minuto 70), Óscar Valentin, De Frutos, Isi (James, minuto 76), Álvaro García y Camello (Embarba, minuto 70).

    U.D. Las Palmas (3):  Cillessen, Alex Suárez, Javi Muñoz, Moleiro (Campaña, minuto 63), McKenna (A), Viti, Sandro (Manu Fuster, minuto 63), Kirian (Marc, minuto 90), Alex Muñoz (A), Essugo (A) (Benito) y Fabio Silva (Mata).

    Goles: 0-1. Minuto 5. Fabio Silva; 0-2. Minuto 61. Aridane, en propia puerta; 0-3. Minuto 66. Manu Fuster; 1-3. Minuto 90. McKenna, en propia puerta.

    Árbitro: Hernández Maeso.

    VAR: Figueroa Vázquez


    RAYO VALLECANO 1 (McKenna -p.p.-) - LAS PALMAS 3 (Fabio Silva, Aridane -p.p.- y Manu Fuster)

    El fútbol volvió esta noche a Vallecas. El Rayo volvía a jugar después de aplazarse su partido ante el Villarreal por los terribles sucesos ocurridos en Valencia y Albacete y que paralizaron un puñado de partidos, pero que no fueron suficiente razón para sincronizar la empatía y la solidaridad de todo el fútbol de un país que, por un lado, lamentaba lo sucedido, y por otro, celebraba los goles de sus respectivos equipos como si nada hubiera pasado. Cuestión de principios, supongo.

    La "suerte" para los vallecanos era que en el regreso del fútbol a Vallecas al menos no hubo que esperar hasta el domingo o el lunes y su reeencuentro con la actividad fue este viernes, otra de esas jornadas que tan poco gustan por estos lares, pero que hace años son una guerra perdida. Aquí se juega al fútbol en cualquier momento, a cualquier hora, cualquier día, en pandemia o con una Dana devastadora. Los viernes a jugar y punto, por lo civil o por lo criminal.

    Y había tantas ganas de volver a ver al Rayo en el barrio de Vallecas que el club rayirrojo anunció una hora antes del inicio del choque que había vendido todas las localidades. Un éxito que luego nunca se refrenda con el lleno absoluto de las gradas del recinto vallecano. Muy curioso todo, se mire como se mire.

    En lo deportivo, el Rayo llegaba tras golear en copa al humilde Villamuriel y sin haber jugado el fin de semana anterior, mientras que Las Palmas, su rival de esta noche, lo hacía tras perder contra el At. Madrid pero habiendo remontado el vuelo tras el cambio de entrenador. Con Diego Martínez en el banquillo los insulares han conseguido los resultados que se les habían negado en las jornadas anteriores. Su intención era refrendar esos números con una victoria en Vallecas y vaya si lo hicieron.

    Para intentar evitarlo Iñigo Pérez echaba mano del manual básico de entrenador rayista y con efectivos válidos para cada demarcación compuso un once que podríamos considerar estándar tras lo visto últimamente. Con la bajas de Mumin y Unai, vimos a Aridane y Gumbau y con la recuperación de Pep Chavarría, el técnico pudo contar con un lateral zurdo que jugara en su banda natural, tras el experimento de Balliu solventado con nota cuando fue necesario.

    El partido empezó con una máxima del fútbol, si perdonas te penalizan. Dicho y hecho, Camello tuvo el 1-0 en sus botas y lo falló. A renglón seguido, las Palmas hacía el 0-1 a la salida de un córner. La protesta en la grada por el fútbol de los viernes durante los primeros minutos sólo caldeó el ambiente con el gol de los visitantes, porque hasta que Bukaneros no ocupó su lugar en el fondo, el silencio de protesta parecía la prolongación del emotivo minuto de silencio en memoria de las víctimas provocadas por la dana.

    Entre tanto el fútbol seguía y el Rayo continuaba perdonando. Lejeune remataba al largueroRatiu se llenaba de balón en una contra desperdiciando una oportunidad de oro con la llegada de Alvaro completamente solo por el centro. Ni le vio ni le dio el balón. Tras el bofetón de Las Palmas el Rayo quiso reaccionar, pero no estuvo acertado. Tras varias llegadas infructuosas sería el recuperado Chavarría el que se estrellaría con un muro llamado Cillessen, mientras que Gumbau, tras otra gran acción ofensiva rayista remataría cruzado rozando el palo. El Rayo buscaba y no encontraba, mientras los de Diego Martínez alargaban las acciones en el saque de portería y estiraban la entrada de los asistentes en cada falta. El otro fútbol también se jugaba en Vallecas.

    Hasta el descanso, la historia no cambió mucho. El Rayo intentaba, Las Palmas se defendía. Nada cambiaba.. Descanso y a cambiar el guion si la intención era ganar. Por lo visto en los primeros cuarenta y cinco minutos, con la intención no fue suficiente.

    El segundo acto arrancó con acciones repetidas en Vallecas. Saque y desplazamiento largo de Lejeune para empezar y ocasión no aprovechada tras disparo de Isi. La vida seguía igual. El Rayo peleaba, recuperaba balones y dominaba el juego generando ocasiones, como en un disparo de Ratiu que detuvo Cillessen. Las Palmas seguía a lo suyo, defender y avisar. Lo hizo Sandro en una contra mal rematada. Era el riesgo que se asumía si se quería recuperar el terreno perdido y el Rayo era consciente de estar haciendo equilibrios en el fino alambre que separa el éxito del fracaso.

    El sinfín de envíos al área del primer tiempo se intensificó en el segundo, con el Rayo dando ese paso y medio al frente que requería la situación. Los insulares seguían parapetados atrás hasta que en otro saque de esquina se volvía a repetir la máxima del fútbol, esta vez con mayor crudeza. Tras seguir perdonando en ataque, en un nuevo córner Las Palmas iba a lograr el 0-2. En esta ocasión no hizo falta que rematara un atacante porque sería Aridane quien en un intento de despeje fallido introdujo el balón en la portería para sorpresa de todos, incluido un inédito Batalla.

    Pero ahí no iba a quedar la cosa, porque apenas unos minutos después de entrar al terreno de juego en un doble cambio visitante, Manu Fuster iba a hacer el 0-3 que hundía definitivamente al equipo y que despertaba los primeros silbidos contra un Aridane que iba a ser uno de los sustituidos en el triple cambio planteado por un Iñigo que buscaba soluciones para tal desaguisado. Guardiola, Trejo y Embarba eran las opciones para terminar el partido de una manera honrosa.

    El Rayo intentó recortar distancias en el marcador y aunque siguió fallando, cerró una aciaga noche de fútbol con un gol que servía para poco más que para salvar el honor. Lo hizo en propia puerta McKenna. La estrategia, con dos goles en saque de esquina, y la falta de puntería condenaron al Rayo.

     

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