El 2025 no ha empezado con muy buen pie para el Rayo Vallecano. Porque en el primer entrenamiento del año hemos vivido una situación que ha congelado el corazón a los más de 200 rayistas que presenciaron la sesión a puerta abierta de esta tarde.
En una de las últimas jugadas del entreno, Augusto Batalla daba el gran susto a la afición rayista. Tras caer al suelo se hizo el silencio en la Ciudad Deportiva solo roto por los gritos de los compañeros del cancerbero avisando al doctor Beceiro.
Las caras de sus compañeros de vestuario eran de preocupación e incluso en algún caso de angustia. El guardameta se incorporó, pudo dar un par de pasos y volvió al suelo para ser examinado. Viendo el cariz de la lesión y del momento, Íñigo Pérez y el resto del cuerpo técnico decidieron mandar a todos a vestuarios y dar por terminado el entrenamiento.
En su retirada hacia la clínica donde se le realizó la primera exploración vimos como Batalla caminaba sin ayuda pero con cara de preocupación y haciendo gestos evidentes como que la rodilla se le había quedado atrás en una intervención.
El Rayo Vallecano no suele comunicar partes médicos de lesión por lo que tendremos que estar muy pendientes del entreno de mañana y de la rueda de prensa de Íñigo Pérez.