Ficha técnica:
C.D. Leganés (0): Dimitrovic, Alti (Darko, minuto 61), Sergio (R), Oscar (Miguel de la Fuente, minuto 80), Cisse (Tapia, minuto 23), Raba (A), Cruz, Rosier, Neyou (A), Nastasic y Munir (Jorge Sáenz, minuto 45).
Rayo Vallecano (1): Batalla, Ratiu (A) (Balliu, minuto 85), Lejeune, Mumin, Pep Chavarría, Ciss, Unai López (A) (Guardiola, minuto 75), Jorge de Frutos (Embarba, minuto 75) (A), Alvaro (Oscar Valentín, minuto 85), Isi y Nteka (A) (Camello, 57).
Goles: 0-1. Minuto 77. Pathe Ciss.
Árbitro: Quintero González.
VAR: Iglesias Villanueva.
C.D. LEGANÉS 0 (-) - RAYO VALLECANO 1 (Ciss)
No era un partido a vida o muerte, ni tenía por qué marcar el destino de unos u otros. No era una final, ni nada parecido. Un simple derbi entre Leganés y Rayo Vallecano, un partido para marcar objetivo: permanencia. La prudencia de la que hace gala semana tras semana Iñigo Pérez nos sirve para introducir un duelo de equipos modestos en Primera que jugaron este viernes en Butarque en busca de tres puntos que dieran más tranquilidad a sus agitadas vidas. La de los pepineros con la presión deportiva y clasificatoria, la de los vallecanos, con todo lo que habitualmente envuelve a un club en el que es casi imposible aburrirse. Da igual cuando leas esto.
Para el 'partido trampa' ante el Leganés, Iñigo Pérez volvió a tirar de manual y compuso un once que ya casi recitamos de memoria desde la portería a la delantera, con pequeños matices. Portero y defensas intocables, medio del campo con la entrada de Alvaro en el extremo izquierdo y en la delantera Nteka. El resto, los habituales. Y decimos lo de 'partido trampa' porque el Leganés pese a su posición en la tabla es un equipo correoso, complicado, terco y peligroso. Que se lo digan a At. Madrid, que hincó la rodilla en Butarque, o a Athletic, que no pudo derrotarles en San Mamés. El Rayo lo sabía, estaba más que avisado.
El partido arrancó con cada equipo haciendo lo que se suponía que iba a hacer. El Lega juntando líneas, reduciendo espacios y con la intención de evitar que el Rayo circulara el balón con comodidad. Enfrente, el Rayo intentaba superar los obstáculos para llegar a los estiletes verticales de las bandas. Si no se podía por la vía del toque, se intentaba por el camino directo y los cambios de orientación. La velocidad tenía que ser el arma a utilizar y así lo evidenciaron Ratiu y De Frutos con la primera transición defensa-ataque. Las decisiones finales mataban al Rayo en los primeros compases.
La estrategia era clara. El Leganés cedía el protagonismo del balón al Rayo, que tenía que estar vigilante para evitar errores que le condenaran. De Frutos remató de cabeza alto a los 12 de juego. Durante el primer cuarto de hora el Rayo buscaba más, encontrando poco, y el Lega no buscaba nada, encontrando menos, lógicamente.
De Frutos hacía sufrir a Juan Cruz en cada 'uno para uno' en la banda derecha. Por ahí llegaron varias de las escasas acciones en las que el Rayo fue capaz de superar el compacto bloque blanquiazul. Varios saques de esquina tampoco dieron trabajo a Dimitrovic que, aunque viendo fútbol más cerca que Batalla, también veía pasar los minutos sin "ganarse el sueldo".
Y entre bostezo y bostezo, y alguna que otra protesta hacia el "sigan, sigan" del colegiado, llegó la roja directa a Sergio. En el añadido de la primera mitad un agarrón del defensor pepinero con caída de Nteka le llevó directamente a vestuarios, dejando a su equipo con uno menos y encendiendo a la grada. El escenario cambiaba para la segunda mitad, allanando el terreno a los de Iñigo Pérez.
La segunda mitad arrancó con el Leganés formando defensa de cinco, con Tapia incrustándose como tercer central, y con cuatro por delante. Esa era la manera que tenía el cuadro local de hacer frente a la adversidad de tener que jugar con uno menos todo el segundo tiempo. Pero pese al muro cada vez más alto de los de Borja Jiménez, Nteka encontraba un resquicio por el que colarse y casi encontrar el 0-1. No lo logró, igual que el Rayo no logró asediar a un Leganés que a los diez minutos ya era consciente de que no podía dedicarse únicamente a defender.
Iñigo entendió que ya no necesitba la potencia de Nteka y que prefería la 'pillería' y movilidad de Camello. Ahí comenzaba el momento de encerrar a un Leganés que si hasta entonces no había tenido ningún rubor en regalar metros y balón a los vallecanos, ahora tenía claro que el balón quemaba y que mejor que se abrasara el que quería ganar y no el que buscaba no perder.
El Rayo intentaba ser paciente y buscar las llegadas por banda, pero los centros laterales eran un desastre. Uno tras otro se acababan los intentos sin que pasara nada reseñable. Alvaro sorprendió en velocidad, pero su pase al corazón del área no llegó a Isi. Luego lo intentó Lejeune, tampoco. El asedio ya sí era evidente y no tenía vuelta de hoja. Iñigo cargaba el área con la incorporación de Guardiola y llegó el premio. Tras un remate al larguero de Lejeune y mucha insistencia, Pathe Ciss iba a lograr lo que, por intención merecía el equipo vallecano. 0-1 y a seguir jugando a tener balón.
La tensión de los minutos finales, con el Leganés buscando lo que no había hecho durante 90 minutos, acabó con un paradón de Dimitrovic a Guradiola, un penalti de VAR detenido por Batalla y el gol del empate de Rosier por fe y coraje, rearbitrado de nuevo en el VAR por la entrada de dos futbolistas al área. El 'repenalti' detenido de nuevo por Batalla salvó al Rayo que entra a Europa por la puerta grande de Leganés.