Llega el tramo final de la competición, el Rayo B está en una situación muy complicada y a partir de ahora todos los partidos serán finales, ¿cómo están los jugadores?

Son muy conscientes de la situación tan mala en la que estamos y lo único que tenemos en la cabeza, tanto los jugadores como los técnicos, es ganar el próximo fin de semana en Salamanca para poder sacar la cabeza de ahí abajo y a ver si se nos puede aclarar un poco la situación y aferrarnos a que es posible salvarnos, ya no solo con la promoción de descenso, sino de forma directa. Los chavales están trabajando bien en los entrenamientos, están muy concienciados y no queremos ser los artífices de que el Rayo B vuelva a Tercera, después de disfrutar estos años de Segunda B. Queremos que sean muchos años más, con nosotros o sin nosotros, del Rayo B en Segunda B, y nos vamos a dejar la vida por intentarlo hasta el final.

El corazón y las piernas van más rápido que la cabeza, y la precipitación hace que las opciones se limiten mucho.

Es algo normal, vemos que tenemos esa racha tan rocambolesca de tantos partidos seguidos sin ganar... de haber vencido solo en uno de los últimos dieciocho y que fuera en Luanco y de la forma que se produjo, muy extraño, con ocho jugadores, y resulta que es el que ganas... Es normal que los jugadores estén con esa ansiedad al ver que no terminan de salir las cosas. Estamos deseando iniciar un partido de forma notable, que nos vengan bien dadas, que metamos un gol pronto y la gente coja confianza y que desaparezca esa ansiedad que tenemos en muchos momentos, como por ejemplo el otro día frente al Alcalá que en los últimos veinte minutos pudimos ganar, pero que por ese punto de ansiedad o de precipitación no lo ganas.

También con la mente puesta en dejar atrás el lastre de las expulsiones en un equipo que no es especialmente duro, pero que ha sufrido esta circunstancia en infinidad de ocasiones a lo largo de la temporada.

Es cierto, como tú dices, que somos un equipo que no es para nada violento, y aunque la gente dice que desde el banquillo yo pueda transmitir esa agresividad extra porque soy dado a protestar, no hay nada de eso. Yo me limito a protestar alguna falta o hacer algún aspaviento más de la cuenta, que me suponen más expulsiones de lo normal, pero para nada transmito a mis jugadores que sean especialmente duros ni agresivos dentro del terreno de juego y de hecho no lo son. Quizá hemos pecado este año de nobeles, que han provocado ciertas expulsiones, aunque en los dos últimos partidos hemos controlado esta circunstancia. Tanto técnico como jugadores hemos hablado de este tema, que es fundamental, y si conseguimos controlar eso y de principio a fin estar con once jugadores, controlando la ansiedad y acertando con la portería, estoy seguro que en estos nueve partidos vamos a ganar varios de ellos y conseguiremos lograr la permanencia.

La primera final llega en un estadio con recuerdos para el primer equipo, el Helmántico de Salamanca. ¿Dónde puede estar la clave del partido?

La clave está en que no nos supere el estadio en el que vamos a jugar, que yo creo que no va a ser así, porque ya hemos jugado hace poco en el Tartiere de Oviedo y les tuvimos contra las cuerdas, el equipo llegó allí con mucha confianza, jugó muy descarado en un campo que no estaba en buenas condiciones en el que incluso jugamos bien al fútbol. Al final, por detalles que en lugar de venir a favor llegan en contra, perdimos de penalti en el minuto 93. Si vamos al Helmántico descarados y a por el partido desde el principio, como vamos a hacer, yo creo que no vamos a tener problemas y si nos vienen bien dadas desde el principio, creo que podremos conseguir un buen resultado, que es la idea que tenemos.

Supongo que sois conscientes de la expectación que ha despertado el encuentro de Salamanca, donde se calcula que podrían acercarse cerca de 300 seguidores franjirrojos. Imagino que os llenará de orgullo y os dará más empuje todavía.

Nos llena de orgullo que venga tanta gente a vernos, que tanta gente esté implicada y se preocupe por estar encima del Rayo Vallecano B, apoyarle e intentar sumar para conseguir la permanencia. Es un auténtico orgullo y un honor que vayan para allá y es un aliciente mucho más importante para que los chicos se dejen el alma en el terreno de juego. Si a eso le sumamos el buen juego para que la gente disfrute con su Rayo B, mucho mejor. Al final del partido yo sueño con esa imagen de todos los futbolistas y todos los técnicos del Rayo B acercándose a la afición para dedicarles la victoria. Sueño con esa imagen que ojalá pueda ser realidad.

Cantando "La vida pirata" en esa esquina en la que se suelen ubicar.

Sí, que sea algo similar a lo que muchas veces hemos visto con el primer equipo fuera de casa. Si se animan con "La vida pirata", maravilloso, pero más que de ellos a nosotros, la idea es que nosotros les dediquemos la victoria y se lo podamos agradecer.