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El Rayo empató ante el Sporting y suma cinco partidos consecutivos sin perder

No hay quinto malo

Los de Jémez hicieron una gran segunda parte y remataron dos veces a la madera

Escrito por Viernes, 12 Febrero 2016

    El Rayo Vallecano sumó un nuevo punto como visitante y acumula las cinco primeras jornadas de la segunda vuelta sin perder. Un gran segundo tiempo no sirvió para ganar, pese a los dos remates a la madera del tramo final.


    Ficha técnica:

    Sporting de Gijón (2): Cuellar, Sergio Alvarez (A), Guerrero (C. Castro, minuto 69), Jony, Luis Hernández, Carmona (Alex Menéndez, minuto 81), Isma López, Rachid (A), Mere, Vranjes (A) y Ndi (Halilovic, minuto 9).

    Rayo Vallecano (2): Juan Carlos, Quini (A) (Iturra, minuto 45) (A), Nacho (A), Tito, Dorado, Llorente, Trashorras, Pablo Hernández (A) (Piti, minuto 81), Bebé (Embarba, minuto 69), Jozabed y Miku.

    Arbitro: Clos Gómez.

    Goles: 1-0. Minuto 4. Guerrero; 1-1. Minuto 39. Miku; 2-1. Minuto 45. Halilovic; 2-2. Minuto 58. Jozabed.


    El Rayo Vallecano empató en su visita al Sporting de Gijón (2-2) en un partido con dos mitades muy diferentes y en el que el conjunto vallecano fue de menos a más hasta merecer a base de remates contra la madera una victoria que se escapó por detalles.

    Jémez arrancó el partido insistiendo en una opción que probablemente empezará a variar en las próximas jornadas. Con Tito en el centro de la defensa y Llorente en el centro del campo, Quini y Nacho se ocuparon de los laterales, mientras Trashorras ejercía el mando en la medular. Todo lo que ocurría en el tramo inicial del partido eran malas noticias para el Rayo y todas llegaban por el mismo sitio. Un grave error cometido por Quini a los cuatro minutos y una sucesión de malas decisiones del lateral condicionaron el primer período. Un pase sin mirar hacia Juan Carlos, que se convirtió en una gran asistencia para Guerrero, servía al Sporting para adelantarse en el marcador (1-0, minuto 4). Los asturianos veían como el partido, sin apenas haberse asentado sobre el terreno de juego, se ponía de cara favoreciendo su juego vertical y la velocidad de sus puntas en busca de la puntilla.

    El Rayo, por su parte, sufría ante la presión del rival y, salvo un remate de Pablo Hernández tras una buena triangulación, apenas puso en peligro el portal defendido por Cuéllar. Llorente se sumaba a la mala tarde de Quini propiciando, con un error a la salida del balón, una nueva ocasión para Halilovic, que no fue titular pero que se incorporó al partido a los nueve minutos por lesión de Ndi.

    El Sporting leyó claramente las debilidades del Rayo y potenció su desborde para aniquilar a un equipo que seguía sufriendo. El lateral de Quini era un auténtico 'coladero' y Jony se aprovechaba de las ausencias del lateral para generar peligro una y otra vez. Las llegadas por el costado derecho de la defensa del equipo vallecano obligaban a Tito a salir de su zona para cubrir a su compañero, desestabilizando totalmente la línea de zagueros. El Sporting sabía que el partido pasaba por aprovechar una de esas llegadas, pero no contaba con que el Rayo le pagaría con su propia moneda. A falta de seis minutos para el descanso, un magistral pase filtrado por Jozabed para la escapada de Pablo Hernández pilló totalmente descolocada a la defensa local, circunstancia que aprovecharía Miku para rematar a gol tras el pase de su compañero. El Sporting era mejor, pero el Rayo se mantenía vivo en el partido (1-1, minuto 39).

    El choque parecía encaminado al empate antes del descanso pero una nueva llegada por la banda de Quini, con Nacho descolocado y con el propio Quini 'viéndolas venir', habilitó a Halilovic para batir de nuevo a Juan Carlos y poner, con justicia, en ventaja a los de Abelardo (2-1, minuto 45).

    Los ajustes del segundo tiempo hicieron que el Rayo fuera mucho mejor

    Las pinceladas introducidas por Paco Jémez a la vuelta de vestuarios permitieron ver otra cosa. El nuevo Rayo ya no era el equipo dubitativo en el centro del campo, ya no sufría tanto en la presión y, sobre todo, cerraba mucho mejor las bandas para alegría de Juan Carlos. La salida de Quini obligó al movimiento de dos piezas que nivelaron mejor al equipo. Tito pasaba al lateral derecho, cerrando las llegadas de Jony, y Llorente, que no había estado fino, se asentaba en el centro de la defensa junto a Dorado. El hueco del jugador cedido por el Real Madrid era cubierto por un Iturra que equilibró al equipo, dando mayor libertad a Trashorras, y cerrando las líneas de pase y las penetraciones de los hasta entonces más que peligrosos delanteros rojiblancos. El trabajo del chileno permitió que Trashorras no tuviera que bajar hasta incrustarse con los centrales para sacar el balón, dotando al equipo de un empaque desconocido hasta ese momento.

    Juan Carlos apareció en la única gran ocasión del Sporting en el segundo período para realizar una excepcional parada ante el goleador Guerrero, que tuvo en sus botas la ocasión para haber cerrado el encuentro. El bajón físico de los locales, el mejor juego de los vallecanos y el acierto en las sustituciones supuso un cambio de inflexión que ya no tendría vuelta atrás. Tito se incorporó con peligro al ataque, centrando un balón rematado por Jozabed, para sumar un nuevo córner que no culminó Miku por su mala puntería en el segundo palo. El Rayo empezaba a acumular ocasiones claras de gol y empezaba a merecer mejor suerte en el partido.

    Al filo del cuarto de hora de la segunda mitad, un pase al segundo palo que superó a Cuellar y a toda la defensa sportinguista permitió la llegada de Jozabed libre de marca para anotar el empate (2-2, minuto 58) y devolver la esperanza definitiva a un Rayo que, con la entrada de Embarba, terminó de explotar. El partido se abrió y ambos equipos buscaron el ataque, circunstancia que sería aprovechada por el canterano para desplegar todo su repertorio de desbordes y remates. A falta de diez minutos para el final, uno de sus intentos se estrellaría con violencia contra el poste izquierdo de la portería asturiana y un minuto más tarde rozaría el otro poste a disparo desde la frontal, El Rayo quería más, merecía más, mientras el Sporting parecía empezar a pedir la hora, viendo que las fuerzas empezaban a fallar. Jémez daba entrada a Piti para terminar de revolucionar un partido que finalizó con un paradón de Cuellar a disparo cruzado y con un remate de Trashorras al larguero cuando el partido agonizaba.

    El Rayo vuelve a Vallecas con un punto que parece excesivo premio para sus errores de la primera mitad, pero muy poco botín para su gran segunda parte.

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