Sin hacer ruido, sin triunfar por su nombre, sin dejar de trabajar un solo día. El éxito actual de Pablo Clavería, ya adelantado por Paco Jémez en Mestalla, donde le hizo debutar regalándole sus primeros minutos como jugador de un equipo de fútbol profesional de Primera División, no llega de un día para otro. Atrás quedan sus etapas de jugador en construcción, retrasando su posición en el campo conforme iba completando etapas y convirtiéndose siempre en uno de los jugadores más destacados de su generación en el Rayo. Su explosión, coincidiendo con varios jugadores que todavía darán mucho que hablar tanto en Vallecas como en otros lugares, llegó con el juvenil A franjirrojo. Su éxito, basado en el trabajo y la constancia, no pasó desapercibido para Jémez, como tampoco lo ha hecho para José Ramón Sandoval. En la pretemporada, Clavería jugó muchos minutos en la posición de central, no es la suya pero cumplió sobradamente. Su calidad, pero sobre todo su empeño y su disciplina no le hicieron desentonar, pese a que todo hacía indicar que sería uno de los 'sacrificados' cuando el equipo pudiera contar a pleno rendimiento con sus cuatro centrales 'de nómina'. Clavería lo tenía claro. No ha llegado para pasar desapercibido y, pese a ser uno de los jugadores que más complicado tenían hacerse un hueco en el primer equipo, siguió trabajando para convencer a Sandoval.

El técnico vallecano, como toda la afición franjirroja, quedó enamorado de la lucha y el buen trabajo de Clavería en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. El centrocampista, una vez recuperada su posición, fue uno de los grandes destacados de la victoria copera ante el Almería y el técnico, que ha buscado mejor acomodo para Trashorras en la media punta, decidió que el joven canterano merecía una oportunidad junto a Zuculini. Su juventud no le pasó factura, jugar en Vallecas tampoco. Su calidad hizo el resto. Clavería volvió a sobresalir en la victoria ante el Mallorca y Sandoval aplaudió su trabajo en el campo, en el vestuario y en la sala de prensa del Estadio de Vallecas. "Se define con que "lo da todo", constancia", decía un hombre que siempre ha tenido como motivación hacer triunfar a los canteranos (no en vano dirigió al filial del Rayo en su anterior etapa en Vallecas). El técnico explicó las razones por las que el centrocampista lo tenía muy complicado en un principio. "Clavería, de los jugadores del filial que empezaron la pretemporada con nosotros, era de los que tenían menos fuerza a nivel de posición en el centro del campo. Su polivalencia y su manera de entender lo que pide el entrenador, que es juego colectivo y ser un soldado a la hora de ayudar al equipo, le han hecho ir ganando enteros semana tras semana".

Una vez explicado por qué ha logrado abrirse un hueco no solo en las convocatorias sino en el once inicial, llegaba el momento de hablar del futuro más inmediato. "El jugador se ha puesto solo y ahora quién es el que le quita. Es importante saber que cuando un jugador se gana el puesto por méritos propios, el entrenador no tiene moral para poder quitarle. Esto es muy importante para nosotros, reivindicarse, porque era de los jugadores que llegaba con menos fuerza para jugar y ahora tras el partido de copa, lo que nos aportó en Elche y lo que ha hecho hoy, es un jugador importante para este equipo y para este club. Que además es un jugador que viene de cantera y puede transmitir mejor el Rayo Vallecano dentro del campo, para nosotros mucho mejor, porque es algo muy importante, pero lo que es verdad es que el día que se equivoque no le podemos penalizar, porque es un jugador joven, en construcción, y con Roberto (Trashorras), Zuculini y gente con experiencia irá a más y aprenderá muchas cosas, que además serán importantes para el equipo".

Clavería ha demostrado que el trabajo y la humildad son los pasaportes necesarios para superar cualquier frontera. Su explosión futbolística aún no ha llegado, de momento ha llamado a la puerta del primer equipo y solo él tiene la clave para mantenerse entre los más grandes.