Ficha técnica:
Sporting Gijón (1): Mariño, Calavera, Bergantiños (A), Alvarez, Michael (Nacho, minuto 78), Carmona (Pablo, minuto 87), Rubén (Mesa, minuto 53), Canella, Jony, Guitán y Alex Pérez.
Rayo Vallecano (0): Alberto, Alex Moreno, Dorado, Abdoulaye, Baiano, Elustondo (Cerro, minuto 79), Unai López (A), Embarba (Armenteros, minuto 63), Bebé, Trejo (Javi Guerra, minuto 73) y Raúl de Tomás (A).
Arbitro: Eiriz Mata.
Goles: 1-0. Minuto 67. Elustondo, propia puerta
No parece lo más apropiado quejarse, lamentarse, mirar al tendido y echar la culpa al empedrado. No parece lo más justo centrarse únicamente en los errores o la mala fortuna para explicar un mal resultado, una derrota o una situación adversa. No parece lo más adecuado, pero mirando las cosas con perspectiva y con cierta distancia, las situaciones son las que son y el resultado es el que es.
El Rayo viajaba a Gijón con dos objetivos principales: el primero refrendar su recién estrenado liderato de Segunda División y el segundo, demostrarle a un rival directo por el ascenso que el ritmo se marca en Vallecas y los demás deben mantenerse a rebufo. Lo primero no se logró, lo segundo, pese al resultado, por momentos quedó claro. Para medirse a los asturianos, dirigidos por un Baraja empeñado en demostrar que su mal trago en Vallecas fue culpa de los demás y poca suya, Míchel tiró de los habituales buscando la continuidad, el premio, la constancia...
La primera llegada sería de los franjirrojos, con un centro de Embarba al que no llegaría un 'enchufado' Raúl de Tomás por centímetros. El Rayo avisaba, marcaba terreno y ponía el listón alto en un partido de muchas alternativas y con dos equipos empeñados en demostrar que su rol está alejado de esta categoría de locos. La respuesta local no sería menos contundente, con un remate al que tuvo que contestar un Alberto muy metido en el choque y con actuaciones dignas del mejor portero de la categoría. El choque, con un cuarto de hora consumido, ya mostraba lo que podíamos esperar del mismo.
Unai sería el siguiente en probar fortuna, pero su remate pasaría cerca de la portería de un Mariño que tuvo trabajo, mucho trabajo. Bebé lo intentó desde la frontal, pero el portero local respondía con un movimiento felino para despejar el gran remate del portugués.
Tras el descanso las cosas continuaban igual. El partido nivelado, el marcador inamovible y las ocasiones alternas. Un saque de esquina, remate que salva Mariño, lío en el área y posterior disparo de Raúl de Tomás, sería repelido por un defensor asturiano con el brazo. Penalti claro que nadie o casi nadie, por no decir todos o casi todos, vieron en el Molinón. El Rayo no tenía la 'suerte' de cara, mucho menos cuando a falta de veinte minutos un centro lateral era interceptado por Elustondo, que había ocupado el lugar Fran Beltrán, suponiendo el involuntario 1-0 a favor del Sporting.
A partir de ese momento, una gran intervención de Alberto y un remate de Raúl de Tomás salvado por Mariño servirían como punto final a un duelo de aspirantes al ascenso que se salda con victoria de los rojilancos, que superaron a un Rayo que no tuvo "fortuna" en la jornada de hoy.