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Los héroes de los ascensos del Rayo Vallecano: Antonio Anero y Francisco

"Cambiamos la consideración que se tenía del Rayo Vallecano"

Escrito por Viernes, 10 Abril 2020

    El Rayo Vallecano de 1976/1977 consiguió el primer ascenso en su historia y lo hemos recordado con dos de sus protagonistas: Anero y Francisco.

    Los héroes de los ascensos del Rayo Vallecano: Antonio Anero y Francisco

    Iniciamos una nueva sección. Una sección que buscará dar a conocer muchos de los grandes momentos de la historia del Rayo Vallecano. De nuestra historia que va camino del primer centenario. Momentos que vamos a conocer de la mano de sus protagonistas con sus vivencias, sus recuerdos y sus anécdotas.

    Arrancamos el viaje hacia el pasado en la temporada 1976-1977, la del primer ascenso a primera división de la ADRV. 20 equipos (con clásicos como Oviedo, Tenerife, Sporting de Gijón, Castellón, Levante, Terrasa, Jaén, Alavés, Cádiz...) disputaban esa temporada la segunda división, uno de los cuales era el cuadro franjirrojo.

    En aquel equipo los más veteranos eran Felines (33 años) y Potele (29 años) con García Verdugo como entrenador. Destacaban futbolistas como Alcázar, Uceda, González, Anero o Francisco. Precisamente con estos dos últimos abrimos nuestra sección. Ellos son los dos primeros héroes rayistas.

    Francisco: "El fútbol no debemos de compararlo en épocas diferentes. El fútbol actualmente es otro fútbol. La segunda división era una primera división. Había equipos espectaculares que como el Sporting de Gijón, al año siguiente fue líder de la liga. Había mucha fortaleza. Era muy complicada esa segunda división y nosotros echamos mucha fortaleza y conseguimos algo que era impensable".

    Anero: "Veníamos de Vallehermoso, era el primer año en Vallecas y parece que hubo una conjunción de todos. Precisamente el primer año que cambiamos de escenario parece que en el Rayo surgió algo especial. Éramos un equipo de segunda que nunca había partido como aspirante a ascender. Veníamos de sobrevivir en segunda estando en Vallehermoso 3 años consecutivos. Nadie podía esperar esa eclosión. Fue algo de lo que nos fuimos dando cuenta poco a poco. Pero no nos presionábamos por el ascenso porque era una sorpresa para nosotros".

    Francisco: "Lo recuerdo con una nitidez absoluta. Íbamos ganando partidos y estábamos muy contentos pero no teníamos la presión de ascender. Y entonces llegó el partido contra el Getafe en Las Margaritas. Ganamos 0-1 y allí fue cuando nos dimos cuenta de que íbamos en serio y había que ir a por ello. Fue entonces cuando nos pudo la presión al final de la temporada. Pero habíamos hecho un año tan bueno que aguantamos el tirón y llegamos al famoso último partido que lo conseguimos".

    Anero: "Aunque era algo esperado en cierta manera, no fuimos conscientes de lo que eso suponía para el Rayo. Era cambiar la propia consideración que se tenía del Rayo. Era el primer ascenso en su historia y cada uno lo vivimos de forma distinta y disfrutamos más viendo a la gente de lo que nosotros pudimos hacerlo. Empezamos la temporada siendo jugadores que nunca habían pisado la primera".

    Francisco: "Ver gozar a la gente es una satisfacción que nunca he encontrado. Para mí el fútbol es la profesión más emocionante de todas las que existen. Fue un logro pero también una meta personal prácticamente inalcanzable. Yo venía del Madrid donde había pasado por todas las categorías y con 19 años te mandaban a tercera división y allí te machacaban. Creías que podías llegar a primera pero la vida era dura y llegar era muy complicado. Conseguir llegar a primera y poder jugar contra el Madrid o el Barcelona fue una satisfacción personal y colectiva. Fue un año espectacular para mí con la ayuda de mi gente y mis compañeros, máximo goleador con 14 goles y me sentía con ganas de demostrar que éramos jugadores de primera. Fue inolvidable y espectacular vivir ese ascenso en el césped. Supuso un gran esfuerzo de juego y de voluntad por parte de todos. Fue una gran alegría ante 18.000 o 19.000 personas. Eso no tiene comparación y es inolvidable. El fútbol te permite disfrutarlo colectivamente con Anero, Uceda... y permanece toda la vida".

    Anero: "Vivir ese logro y acompañado de tu gente transmitiéndole alegría y disfrute es algo que te revitaliza. Fue una alegría para toda la gente de Vallecas a la que estoy muy apegado porque fui espectador antes que jugador. Producir esa alegría común es algo impagable más allá del éxito o de la mejora personal. Un privilegio que no todo el mundo tiene"

    Francisco: "El poder dar a la gente esos momentos de felicidad se multiplica por cada espectador que nos vio jugar. El fútbol es una enseñanza para toda la vida porque las vives con 20-25 años y perduran para siempre".

    Anero: "Cuando yo tenía 12-13 años hasta que debuté en el primer equipo yo iba a la tribunilla y me acuerdo que pegaba saltos cuando el Rayo metía gol. Yo me sentía muy aficionado, un seguidor, un hincha más, así que conseguir el ascenso para los aficionados fue para mí algo que me llenó de ilusión y de estímulo. Siempre me he preguntado ¿por qué se dió la casualidad de que ese año subiera el Rayo? Hay claves que creo que compartimos Francisco y yo"

    Francisco: "Creo que en ese equipo de 19-20 éramos un grupo de amigos, enamorados del fútbol y conseguimos ser un equipo. Quizá no teníamos las individualidades del Sporting o del Cádiz pero con la preparación física del 'profe' Carlos Álvarez Villar éramos un equipo. Desde entrenar en la Casa de Campo hasta vestirse todo nos hacía ilusión. Nos levantaba la moral aunque las condiciones eran duras y eso se notaba en los partidos de fútbol".

    Anero: "Yo hoy he escrito cosas sobre ese ascenso y es que no recuerdo que no creo que ningún equipo de la historia hiciera más kilómetros que nosotros. Entrenábamos muchísimo y corríamos muchísimo en esa armonía que comentabas. Nos gustaba nuestro trabajo y con el entrenador Héctor Núñez era un tejido que nos unía a todos, a Felines, a Potele, que eran los más mayores y que nos servían de inspiración a los demás para dar la talla. Teníamos un espíritu de trabajo grandísimo y estábamos muy bien conjuntado. Teníamos un gran trabajo físico y también jugadores de calidad".

    Francisco: "Felines era un espectáculo, un futbolista espectacular que si hubiera jugado en esta época hubiera sido un iniesta; estaba Fermín, Uceda... Había un equipazo que jugábamos muy bien al fútbol y con una gran preparación física. Estuvimos toda la liga arriba excepto los 4 últimos partidos que nos temblaron un poco las piernas.

    Anero: "Entrenábamos mucho y nos predisponía al esfuerzo y al sacrificio. Físicamente estábamos muy bien y estábamos muy por encima de nuestros límites. Los partidos eran el reflejo de los entrenamientos".

    Francisco: "El profe a veces se pasaba un poco. Ese bache que tuvimos al final fue porque llegamos un poco justos. También el trabajo del entrenador hacía que jugáramos mucho con el físico. Fue un factor a favor de poder conseguir el ascenso".

    Anero: "Francisco era un jugador complementario a mi juego. Siempre jugábamos muy próximos. Era un jugador técnico con mucha capacidad de golpeo, de visión y distribución de juego y finalizar jugadas. Esas cualidades de jugador importante para la organización y finalización del juego se complementaba conmigo que tenía que correr más para poder ayudarle. Él daba esa calidad y la técnica para yo compensarla de manera más física. Manejaba muy bien el balón y era muy buen complemento para el juego que hacíamos en el Rayo".

    Francisco: "Antonio era un tio que se sacrificaba por todos, nunca tenía una mala forma, no había nada negativo. Eso era el equipo: uno organizaba y otro cortaba el juego. Nunca te reprochaba que no bajases a tiempo sino que te animaba. Jugar en el Rayo fue una experiencia para la vida porque las virtudes de cada uno contribuían a hacer un equipo como en la vida real. Recuerdo muy bien la voz de Antonio en los partidos cuando hacía un desmarque y ya sabía donde tenía que ponerla. Además de Antonio no se iba nadie, era muy rápido y siempre tenía una palabra de ánimo. Tenía muy claro su rol"

    Anero: "Con Álvaro o con Francisco me pasaba lo mismo: yo podía correr por ellos porque al final iban a ser ellos los que ganaban el partido. Guzmán me decía 40 años después de que jugáramos juntos que todavía se acordaba de que tenía que cubrir mi zona cuando subía. Fermín, Felines, Chus Landáburu o Francisco tenían un rol diferente al que teníamos yo, Guzmán o Uceda. Cada rol estaba muy claro y entre todos nos admirábamos y admirábamos a los buenos futbolistas".

    Francisco: "Ese equipo tenía otra cualidad que era rara en aquellos tiempos. Eramos 8-9 universitarios que acabamos la carrera. Éramos de Vallecas, de una barriada obrera y era muy difícil que un futbolista terminara la carrera. Demostraba que éramos capaz de hacer un gran esfuerzo para saber de qué vivir cuando el fútbol se acababa a los 32-33 años".

    Anero: "Éramos un equipo atípico y creo que no éramos conscientes. Detrás de nosotros no había toda la parafernalia de un equipo amparándonos personalmente. No teníamos coach, ni ayuda psicológica... Eso no existía y cada uno nos sacábamos las castañas del fuego.

    Francisco: "Casi todos los meses los que vivimos en Madrid quedamos a comer y recordamos anécdotas que siempre contamos. En el partido en Oviedo en la primera vuelta, era uno de los más importantes del año, nos quedamos en un hotel que tenía televisión en color. Era una época en la que empezaban a verse las televisiones en color. Nos quedamos flipados de verla y Felines dijo 'Si ganamos mañana nos compramos una tele'. Ganamos 0-1 y nos costó una pasta comprar esa tele que pagamos a plazos. Además el gol lo marqué yo. Hay muchas anécdotas. A Alejandro el portero cada vez que salíamos se ponía morado. Creo que fue después de un partido en Zaragoza que le dije al camarero que le pusiese poco cordero en el plato. Le cogió al camarero del brazo y le dijo "¿Esto qué es?". Me gustaba picar a la gente".

    Anero: "Yo me acuerdo mucho de Felines y de Guzmán que cuando se subían al autobús hacían un anuncio de la televisión. Eran muy graciosos porque hacían de la señora que lavaba la ropa. Juan Luna era el encargado de poner la música en el autobús y me acuerdo de las horas de autobús de viajes larguísimas a Galicia o al sur y me acuerdo de la música que nos ponía de Supertramp. Con Alcázar que siempre he tenido mucha amistad y que estaba estudiando Medicina y que vivía en un piso en Madrid con sus hermanos siempre decía que quería ser tenista. Todos los demás leían los diarios deportivos y nosotros nos llevábamos los libros a los viajes".

    Francisco: "Felines siempre estaba con el cachondeo y Landáburu era lo contrario, muy serio. Éramos muy buenos compañeros y todo nos parecía muy bien. No recuerdo una bronca en ninguno de los 5 años que estuve en el Rayo".

    Anero: "Para nosotros es una alegría volvernos a ver y si está promovido por el Rayo no nos paramos a enjuiciar si era el momento requerido. Para nosotros vernos era lo importante pero ha habido gente que opina que el Rayo no valora lo suficiente su historia. Yo lanzaría ese alegato: no podemos olvidar a los que han hecho historia en el Rayo. No podemos olvidar a Felines, no podemos olvidar a Potele, no podemos olvidar a Manolo Peñalva que falleció, no podemos olvidar a la gente que ha sido importante en el Rayo. Tenemos que pensar que el Rayo sí que debe querer un poco a la gente que ha pasado por allí y no olvidarla. Para nosotros fue importante pero eso el Rayo debe tenerlo en cuenta".

    Francisco: "El Rayo es un equipito que tiene su nivel y su categoría pero no es el Madrid o el Barcelona donde ese tipo de homenajes tiene sentido. Yo me conformo con que la gente te recuerde y con que cuando vamos a Vallecas nos atiendan y nos sienten en el palco o en cualquier sitio. Yo entiendo que cuando no hay mucho dinero y ahora que el fútbol ha cambiado nosotros nos sentimos gratificados con cada vez que se nos recuerda. Recordar es volver a vivirlo y yo siempre los tengo presentes en mi vida. Que quizá no se ha manifestado con un homenaje en el Rayo, creo que no hay que tenerlo en cuenta. El Rayo está ayudando a la asociación con material, el autocar... y creo que no debemos exigirle más de lo que puede dar. Yo recuerdo al Rayo como un equipo entrañable y que será el equipo de mi vida y cuando lo veo sólo quiero que gane".

     

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