DEPORTIVO 3 (Santos, Mollejo y Aketxe) - RAYO VALLECANO 3 (Juan Villar -2- y Mario)

Llegaba el Rayo a Riazor para 'lavar su imagen' futbolística después del espeso partido realizado ante el Fuenlabrada en Vallecas. Para conseguirlo, Jémez oxigenó el equipo y realizó hasta seis cambios en su once inicial. Además del obligado por sanción de Luis Advíncula, el técnico dejó fuera a Saúl y Saveljich, además de Comesaña, Andrés Martín y Yacine Qasmi. En su lugar entraron Tito, Luna, Milic, Oscar Valentín, De Frutos y Juan Villar. El fondo de armario del equipo franjirrojo puede ser clave en este extraño final de temporada en el que cada tres o cuatro días se suceden las jornadas sin descanso. Enfrente un Deportivo acuciado por la presión del descenso, esperaba lograr una victoria que les acercara al objetivo de la salvación. El duelo, a priori, era tenso, pero...

Si uno sueña con un inicio de partido idílico éste podría pasar por lo sucedido en Riazor a las primeras de cambio. Primer acercamiento del Rayo, primer remate a puerta... y gol. Apenas treinta segundos de partido y el Rayo saboreaba las mieles del triunfo con noventa minutos de adelanto. El buen pase de Alvaro desde el costado izquierdo era rematado de primeras por Juan Villar, que estrenaba así su casillero goleador con la franjirroja, para superar a un ex rayista como Dani Giménez, que no pudo detener el remate a bocajarro del delantero cedido por el C.A. Osasuna.

Un cuarto de hora más tarde, sin que apenas hubiera ocurrido nada más, una recuperación de De Frutos y continuidad de Trejo obligó a Dani Giménez a emplearse a fondo para evitar el segundo de la tarde. El Rayo estaba tranquilo, del Deportivo asfixiado. Los de Jémez, con la ventaja en el marcador y con el Dépor obligado desde el primer instante, debían aprovechar con inteligencia la ansiedad de su rival para hacer más daño. Tampoco necesitó hacer grandes alardes para aumentar las diferencias. Otro centro lateral de Alvaro García encontró un inesperado aliado en el deportivista Mollejo que, dejando con el pecho el balón flojito, aportó una gran asistencia para la llegada de Juan Villar. Doblete del delantero franjirrojo y más sangre en la herida abierta de un Deportivo que seguía ofreciendo concesiones a su rival.

El Rayo viajaba a tres velocidades más que los de Fernando Vázquez y aprovechaba que el centro del campo, con el ex rayista Uche Agbo, no conseguía hacer que el equipo gallego transitara con ideas  por campo visitante, para lograr una ventaja que, cumplida la primera media hora y llegados al 'parón para la hidratación', se estaba basando en la velocidad de los hombres de banda (Alvaro y De Frutos), junto al oportunismo de un Juan Villar que hoy sí encontró el camino a gol.

En el 36, una llegada en segunda oleada de Luna por la banda izquierda logró una nueva superioridad que finalizó con un remate cruzado del lateral zurdo para detener los corazones del personal presente en Riazor. Por cierto, por televisión, una vez más, muy triste la imagen de mentira, los 'pegotes' de colorín, la supuesta hinchada de la grada inferior del estadio gallego. En fin, lo de siempre, una pena.

Entre tanto, el Rayo seguía haciéndolo muy bien. Los extremos se metían en zona interior para dejar libres las bandas y provocar la llegada de los laterales. Alvaro y De Frutos se movían bien y, juntando líneas, permitían que el 'jefe de todo', el argentino Oscar Trejo, hiciera de las suyas entre líneas. Un buen cambio de orientación de izquierda a derecha, provocó la irrupción de Tito por la derecha. Su centro no llegó a buen puerto, pero volvió a mostrar el camino que debía seguir transitando el equipo de Jémez para no sufrir absolutamente nada en un partido en el que se sentía tan cómodo.

Dos penaltis señalados por Bikandi Garrido en los minutos finales llevaron el suspense a un partido que acabó en tablas

La segunda parte arrancó con un carrusel de cambios con el que el técnico gallego buscaba encontrar la clave para 'meter mano' a un Rayo que no había sufrido nada en los primeros cuarenta y cinco minutos. Y el cambio de caras no fue únicamente eso. El central Martín, que había entrado en lugar de Milic al descanso, se quedó clavado sin achicar espacio para provocar fuera de juego, y tampoco se metió encima del delantero para incomodarle, provocando un desajuste que aprovechó Santos para rematar a placer ante Dimitrievski, que sólo pudo hacer la estatua tras el gran centro de Koné y el remate de Santos a medio metro del portero.

Sin tiempo para reponerse, Víctor Mollejo se anticipaba a Catena y a Tito para lograr el empate. Seis minutos de 'caraja' espectacular, y el Rayo tiraba por tierra la tranquilidad acumulada en una plácida primera mitad que ahora se tornaba en nubarrones en la soleada tarde coruñesa. Para evitar que la tormenta fuera perfecta, Jémez daba entrada a Comesaña y Qasmi en lugar de Trejo y Juan Villar, buscando que los suyos despertaran de una inesperada siesta que les llevaba a ceder momentáneamente una victoria que parecía plácida.

En el 65, una gran acción individual de uno de los mejores del partido, De Frutos, finalizaba con un remate de primeras de Tito que se estrellaba en la cepa del poste de Dani Giménez. El rechace le caía a Alvaro, pero el extremo no lograba impactar con la bola. El Rayo encajaba el golpe y se reactivaba, metiendo el partido en un ida y vuelta con mucho por ganar y con mucho también que perder, aunque era el Dépor el que tenía claramente el control del ritmo del partido. Los cambios habían logrado la reacción del conjunto gallego y ahora les tocaba culminar la remontada. El Rayo buscaba 'cazar' un balón que provocara una contra de velocidad con De Frutos y Qasmi principalmente.

A falta de diez para el final, una llegada de Borja Valle con parada de Dimitrievski pudo suponer el tercero del Dépor, que llegaría después de varios minutos de revisión por parte de Bikandi Garrido de la pantalla de televisión tras señalar un penalti de Martín que le costó 'Dios y ayuda' decidir que efectivamente había sido pena máxima. Tras revisarlo un millón de veces, Bikandi Garrido se reafirmó en su decisión, pero el penalti lanzado por Aketxe con violencia sería detenido por Dimitrievski metiendo una mano salvadora que enviaba el balón al larguero. Aún así, la fiesta no estaba completa. Dimitrievski se había adelantado un par de pasos sobre la línea de gol y unos minutos más tarde, Bikandi volvía a ser protagonista para volver a enviar a todos al área del Rayo para que se repitiera el penalti. Aketxe no perdonó esta vez.

Para completar la fiesta de Bikandi, con un evidente sentimiento de responsabilidad por lo sucedido anteriormente, en la siguiente acción dentro del área del Dépor indicó penalti para el Rayo por una 'carguita' sobre Qasmi. Mario lanzó el penalti y con total seguridad y tranquilidad lograba un empate que, visto lo visto, era lo mejor que podía pasar. 

Sin más, y con algo de tensión sobre el césped, finalizaba un partido en el que el Rayo pudo ganar y no supo, pudo perder y casi lo hace y finalmente 'rasca' un punto. Fin de la historia en Riazor.