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RAYO. Crónica

El Rayo falla y deja pasar otro tren

Dura y preocupante derrota de los de Jémez en un partido en el que tuvieron toda la posesión

Escrito por Lunes, 29 Junio 2020

    El Rayo perdió la oportunidad de meterse en play-off tras perder en Alcorcón por 3-2 en un mal partido de los de Jémez. Mucha posesión, poco acierto y demasiadas concesiones, lastraron a un equipo sin alma.

    El Rayo falla y deja pasar otro tren

    Ficha técnica:

    Alcorcón (3): Jiménez, Laure, Diéguez (A), Boateng, Dorca (Elgezabal, minuto 69), Ernesto (Paris Adot, minuto 87), Rui Costa (Reko, minuto 59), Bellvís (A), Sosa (Arribas, minuto  45), David Fernández y Stoichkov (Sandanza, minuto 87).

    Rayo Vallecano (2): Miguel Morro, Tito (Advíncula, minuto 34) (A), Catena (A), Saveljich, Luna (A) (Alvaro, minuto 53), Mario Suárez, Santi Comesaña (Juan Villar, minuto 53), Trejo (A), De Frutos (A), Isi y Qasmi.

    Goles: 1-0. Minuto 22. Ernesto; 1-1. Minuto 45+3. Isi; 2-1. Minuto 46. Ernesto; 3-1. Arribas, minuto 70; 3-2. Minuto 76. Trejo, de penalti.

    Arbitro: Iglesias Villanueva.


    ALCORCÓN  3 (Ernesto -2- y Arribas) - RAYO VALLECANO  2 (Isi y Trejo)

    Hay quien piensa que esto del fútbol va de merecimientos. Hay quien cree que va de acierto. Hay quien afirma que cuando propones ganas. Hay quien contesta que no siempre es así. Da igual como sea, porque hoy el Rayo tenía ante sí uno de esos partidos en los que todo daba igual, uno de esos envites en los que lo único que valía era ganar, olvidar los empates, sumar tres puntos, dar un puñetazo encima de la mesa. Podía hacerlo proponiendo, mereciendo y jugando bien o muy bien, o podía hacerlo con el 'otro fútbol'. Lo que no es aceptable es trotar y conceder.

    Un equipo con ansia de ascenso, con aspiraciones de formar parte de la élite del fútbol español, con aires de grandeza y con nombre, porque en Segunda División el Rayo tiene mucho nombre (por no hablar de presupuesto, claro), no puede 'transitar' por el estadio del Alcorcón como un equipo más. No es cuestión de contar las ocasiones generadas y desaprovechadas, Qasmi tuvo dos clarísimas en el primer cuarto de hora, sino dar la sensación de ser superior a un Alcorcón que en casa sufre como el que más. No vamos a quitar mérito a un Alcorcón que si está donde está es, evidentemente, por méritos propios, pero mirando al Rayo... la cosa pintaba muy fea.

    Tras las dos aproximaciones de Qasmi, que pasaron junto al poste y la escuadra, los alfareros no desaprovecharían su primera llegada a las inmediaciones de Miguel Morro, que hoy sustituía al sancionado Dimitrievski. Los vallecanos pidieron falta sobre Comesaña en campo contrario, se quedaron petrificados, Luna no cortó el arranque en el centro del campo, los centrales estuvieron lentos en su reacción y mucho más en su repliegue y, Ernesto, que recogió el balón en el centro del campo, se plantó solo ante Morro para picarla ante la salida del joven portero vallecano. No era solo el gol, era mucho más, era la sensación, era la imagen.

    Con el partido totalmente anestesiado, tan apagado y aburrido como de costumbre, Luna pudo empatar tras ver cómo un remate de primeras se envenenaba tras tocar en un defensa y el extremo Isi, que hoy jugó en banda con De Frutos por el otro perfil, pudo hacer lo propio con un balón que no llegó a rematar por centímetros. Jémez lo veía complicado en la banda. Tito tuvo que dejar su sitio por lesión y le sustituyó Advíncula, que salvo dos carreras hizo lo mismo que el anterior lateral derecho rayista, poco o nada.

    El partido era un desastre en todos los sentidos y la primera parte iba a terminar con una acción que remataba el 'espectáculo'. En la última acción, el Rayo colgó un balón al segundo palo buscando la aventura. El centro no llevaba nada de peligro, aparentemente, máxime si el jugador-destino era Isi, pero llovido como venía, el ex de la Ponferradina metió la cabeza para rematar con un balón bombeado que sorprendió incomprensiblemente a Jiménez para suponer el empate. Ver para creer. El Rayo lograba el empate en la ocasión menos clara de todo el primer período.

    Primera llegada y de nuevo en desventaja, la segunda mitad fue un quiero y no puedo

    Si la primera parte acabó bien para el Rayo y mal para el Alcorcón, el arranque de la segunda mitad daría la vuelta a la tortilla. En la segunda llegada del equipo local en todo el partido, de nuevo sería Ernesto quien, tras rozar el balón levemente en Catena, iba a sorprender a Morro. El Alcorcón, apenas habían transcurrido quince segundos de la reanudación, volvía a verse arriba. Al Rayo le tocaba remar, pero tenía que hacerlo con la fe que le faltó en el primer período.

    Visto lo visto, Jémez quiso revitalizar a los suyos sacando a Comesaña y dando entrada a Juan Villar para situarle junto a Qasmi arriba y sentó a Luna para que jugara Alvaro en la  banda izquierda. Entre tanto, el Alcorcón, que no había hecho más que aprovechar la benevolencia franjirroja pudo redondear su tarde de acierto con una llegada de Boateng desbaratada por Morro. El Rayo tenía el balón, pero no sabía qué hacer con él. Colgaba balones al área y confiaba en que Isi y De Frutos se inventaran algo. Precisamente serían ambos los que hilvanaron una buena acción que finalizó con remate de De Frutos que obligaba a Jiménez a despejar con apuros. Poco bagaje para un Rayo exigido y contra las cuerdas.

    Quedaba media hora por delante y la evidente falta de ideas del Rayo era lo más destacado de lo que se estaba viviendo en Alcorcón, y también lo más preocupante. En el centro del campo Mario Suárez iba de lado a lado, Trejo apenas participaba; en defensa, los centrales iba a cámara lenta y los compañeros de viaje tampoco acompañaban. Las bandas no eran puñales y los delanteros, Qasmi y Juan Villar eran el vivo reflejo de la desesperación de un equipo descabezado, triste, apagado y sin apenas orgullo.

    Morro salvaba al Rayo con una salida que heló el corazón de muchos, pese a las altas temperaturas de la noche alcorconera, pero Catena, con una falta fruto de la desesperación permitió a Oscar Arribas gozar de un libre directo que suponía el 3-1. El golpeo fue bueno, la barrera no hizo su función, el portero no llegó a atajar el balón y el Rayo se hundía. Dos abajo, con veinte minutos por delante. 

    Jémez sacó del campo a Mario y puso a Andrés Martín, pero la cosa ya no estaba negra, estaba imposible, al menos aparentemente.

    Entonces llegó la acción que iba a permitir a Trejo recortar distancias. Un centro desde la izquierda iba a ser cortado con la mano dentro del área y el colegiado, sin dudarlo un momento señaló penalti, revisado durante largos minutos por el VAR para decidir si Laure estaba dentro o fuera del área. Penalti, gol y a seguir peleando, pese a todo. Quedaba un cuarto de hora para arreglar un desaguisado que no parecía tener solución.

    La tuvo Alvaro, pero remató directamente fuera. La buscó Andrés Martín, pero su lanzamiento de golpe franco no inquietó a Jiménez. El partido se escapaba y el Rayo dejaba pasar un nuevo tren de esos que te dejan con la preocupación de no saber si seguirán pasando más -la próxima jornada estaremos en las mismas de nuevo-, porque hoy apenas se peleó por subir al tren del ascenso.

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