Ficha técnica:
RAYO VALLECANO (2): Dimitrievski (A), Tito, Catena, Saúl, Santi Comesaña, Trejo (A), Isi (A) (Mario Suárez, minuto 58), Alvaro (A), Joni Montiel (A) (Andrés Martín, minuto 45), Qasmi (A) (Advíncula, minuto 72) y Juan Villar.
U.D. LAS PALMAS (2): Valles, A. Lemos (A) (Curbelo, minuto 35), Alex Suárez (A), Rubén Castro, Ramírez, Narváez (Cedres, minuto 52), M. Lemos, Fede Varela (A), Castellano (Kirian, minuto 81), D. Castellano (Lopez, minuto 81) y Pedri (Josemi, minuto 45).
Goles: 1-0. Minuto 20. Joni Montiel; 1-1. Minuto 38. Rubén Castro, de penalti; 2-1. Minuto 48. Trejo; 2-2. Minuto 88. Rubén Castro, de penalti.
Arbitro: Milla Alvéndiz.
VAR: Arcediano Monescillo.
RAYO VALLECANO 2 (Joni Montiel y Trejo) - U.D. LAS PALMAS 2 (Rubén Castro (2p))
El Rayo jugó esta noche la penúltima jornada de liga y lo hizo con un único objetivo y con un único resultado válido: la victoria. De ese resultado dependían las opciones del equipo de Jémez de llegar a la última estación con posibilidades de luchar por el ascenso a Primera. La derrota en Almería dejó a los vallecanos sin aquello del "dependemos de nosotros" y les obligaba a ganar a los pupilos de Pepe Mel y esperar el resultado del Fuenlabrada - Elche para ver si el sueño era realidad o seguía siendo una pesadilla. Los canarios matemáticamente todavía querían contar, pero sus papeletas eran tan escasas que pocos confiaban en que el milagro pudiera obrarse.
Jémez había pedido a los suyos que dejaran claro sobre el terreno de juego que los franjirrojos luchaban por algo real y su once inicial quiso ir en la misma línea. El técnico vallecano dispuso una alineación altamente ofensiva, con defensa de tres y con Comesaña y Trejo en la sala de máquinas. Además, Joni Montiel, iba a servir de apoyo a los dos delanteros, Qasmi y Villar, y a los hombres de banda, Isi y Alvaro García.
La primera llegada del Rayo sería inusualmente tempranera. A los dos minutos, un buen toque de Isi sería aprovechado por Qasmi para superar a su par y plantarse solo ante Valles, aunque algo escorado. El delantero del Rayo buscó con intención el palo largo, pero terminó topándose con la madera de la portería canaria. Era el primer acercamiento, el primer aviso y la primera declaración de intenciones de un equipo que tenía que irse con todo en busca de su rival. El arranque del partido era prometedor, con Alvaro muy activo en su perfil zurdo y con Qasmi y Juan Villar inquietando a la defensa insular.
Los canarios se tomaron el partido con tranquilidad, porque mientras el Rayo no 'abriese la lata' sus opciones eran máximas. Mel sabe que este equipo concede y, por supuesto, como muchos otros, confiaba en llegar a una de esas jugadas en las que te pones por delante, con o sin merecimiento. Pero este Rayo no estaba dispuesto a conceder demasiado (o eso parecía) y la primera parte fue un auténtico monólogo, culminado con una gran acción de Isi dentro del área finalizada por Joni Montiel. El despiste de la defensa de Las Palmas fue de campeonato. El canterano recibió completamente desmarcado en boca de gol para empujarla con la cabeza y abrir de las puertas del play-off de par en par. El Rayo quería llegar vivo a la última jornada.
El Rayo controlaba el juego, no sufría, se sentía muy superior y dejaba 'secos' a los siempre peligrosos Rubén Castro y Pedri. El plan previsto por Jémez estaba saliendo a la perfección y merecía incluso una ventaja más tranquilizadora que el 1-0 que reflejaba el marcador.
Tras la pausa de hidratación, Ramírez remató de cabeza un buen centro lateral pero su intento, muy centrado, no sorprendió a un atento Dimitrievski. Era el primer acercamiento con peligro de un equipo que a la siguiente acción volvió a sufrir con un doble remate de Alvaro y Juan Villar, que se toparon con el portero y un defensa para evitar el segundo de la tarde-noche. El Rayo seguía generando peligro, el Rayo seguía siendo más contundente en el juego y en las llegadas.
Pero el fútbol y el Rayo son imprevisibles. Nunca se puede afirmar con contundencia que algo está bajo control hasta que acaba, sobre todo ahora que además del árbitro y los asistentes, existe esa herramienta llamada VAR que puede darte un disgusto como el que se llevó Tito en un centro lateral que el defensa franjirrojo tocó con las manos tras golpear un rival. Penalti lanzado por Rubén Castro, gol y vuelta a empezar. De nada o de poco servía haber sido mejor que los de Mel, de nada o poco servían las ocasiones perdidas, de nada servía haber sido superior a su rival, de nada. El partido se marchaba al descanso con un injusto empate, por merecimientos de unos y otros, pero con un empate real que rebajaba la euforia inicial rayista y le devolvía a su día a día. Otra vez se quedaba fuera de la pelea por el ascenso con apenas 45 minutos por delante para arreglar la situación.
Máxima necesidad para la segunda mitad, que finalizó con un clamoroso error de Advíncula
Las necesidades del Rayo Vallecano crecían con medio partido por delante. Jémez daba entrada a Andrés Martín en sustitución de Joni Montiel, que había recibido una amonestación en la primera mitad y que había tenido protagonismo, más allá del gol que daba ventaja al conjunto vallecano.
El arranque no pudo ser mejor para los intereses del cuadro de Jémez. El balón volvía a ser del Rayo y, rondando el área de Valles, una falta en la frontal iba a abrir de nuevo el camino. Un buen golpeo de Trejo, ayudado por el error del portero, que reaccionó muy tarde, suponía el 2-1 en el minuto 48. Otra vez estaban las cosas en su sitio, con mucho tiempo por delante para refrendarlo.
La tuvo Qasmi, y también Juan Villar, pero por centímetros el primero y por la llegada de un defensa el segundo, no pudieron culminar los buenos minutos de control y dominio de los franjirrojos. El balón iba de lado a lado, se mostraba Trejo, recibía Comesaña, aparecía Andrés Martín y llegaban Qasmi y Villar. El partido estaba muy de cara y Jémez decidía afrontar la última media hora con un bloque más compacto. El entrenador vallecano sentaba a Isi para dar entrada a Mario Suárez, buscando equilibrar una medular en la que seguía habiendo 'magia', con Trejo, pero también trabajo -o eso pretendía-, con Mario Suárez.
El partido avanzaba y Jémez cada vez recomponía más el equipo en línea claramente defensiva. Qasmi fuera y Advíncula al campo, centraba a Tito, que se convertía en segundo central, y dejaba línea de cuatro defensores para el último cuarto de hora de un partido que seguía dejando al Rayo con sus opciones intactas (mientras el Fuenlabrada ganaba su duelo ante el Elche). El partido estaba anestesiado, el rival a merced y únicamente una acción esporádica con acierto o un error del Rayo podían provocar un cambio de rumbo. Ya no había fútbol, sólo minutos por delante para ganarse el derecho a un último 'match-ball'.
Rubén Castro detuvo en seco el corazón de los vallecanos a falta de doce minutos para el final. Un buen balón a la espalda de la defensa franjirroja iba a permitir al ex rayista situarse ante Dimitrievski. Su remate se marchó desviado y Vallecas volvió a respirar.
El descontrol de los minutos finales únicamente podía favorecer al equipo que estaba por debajo en el marcador. El Rayo replegó líneas, intentó atrincherarse en torno a su propio área y Dimitrievski salvó, con un paradón, el empate. Un gran remate de Cristian iba a ser contestado con una parada de altura del macedonio. El partido se había volcado incomprensiblemente hacia el campo del Rayo, que ahora sí sufría y que vería cómo un error infantil de Advíncula le iba a costar la victoria. Un claro penalti del peruano, que no se frenó dentro del área, brindó a Rubén Castro la oportunidad de empatar. Dimitrievski se adelantó al lanzamiento, detuvo el penalti, pero el VAR sería implacable. La repetición hundió el barco rayista y dejó las opciones de play-off pendientes del 'golaverage' en caso de empate con el Fuenlabrada y del resultado del Elche. Demasiadas carambolas para la última jornada. Horroroso final para una triste temporada.
Final en el #RayoLasPalmas (2-2)
— Rayo Vallecano (@RayoVallecano) July 17, 2020
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