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SPORTING - RAYO. Crónica

Sporting 1 - Rayo Vallecano 1: De la desgracia a la genialidad

El Rayo jugó al ataque cuando el Sporting se quedó con diez y a punto estuvo de perder incluso en superioridad numérica

Escrito por Lunes, 16 Noviembre 2020

    El Rayo Vallecano 'rascó' un empate en Gijón en un mal partido que cambió de rumbo tras la expulsión de Carmona en un Sporting que se adelantaría, pero que iba a ver cómo Andrés Martín empataba con un golazo.

    Sporting 1 - Rayo Vallecano 1: De la desgracia a la genialidad

    Ficha técnica:

    SPORTING GIJÓN (1): Mariño, Gulle Rosas, Babin, Borja López, Saúl García, Gragera, Javi Fuego (A), Aitor (Gaspar, minuto 79), Pedro (Pablo García, minuto 84), Nacho (Carmona, minuto 56) (R) y Djuka (Alvaro, minuto 85).

    RAYO VALLECANO (1): Dimitrievski, Mario Hernández (A), Catena, Velázquez (A) (Martín, minuto 60), Fran García, Mario Suárez (Qasmi, minuto 73) (A), Oscar Trejo (Santi Comesaña, minuto 60), Andrés Martín, Isi (Pozo, minuto 73), Alvaro y Antoñín (Bebé, minuto 84).

    Arbitro: Ais Reig.

    VAR: Varón Aceitón.

    Goles: 1-0. Minuto 77. Fran García, en propia puerta; 1-1. Minuto 87. Andrés Martín.


    SPORTING 1 (Fran García, (p.p.)) - RAYO VALLECANO 1 (Andrés Martín)


    Necesitaba el Rayo Vallecano dejar atrás la sensación de equipo perdedor que había dejado como estela tras lo ocurrido en Lugo y ante el Almería. Necesitaba el Rayo Vallecano lograr la victoria ante un supuesto rival directo por el ascenso y, además, despejando las dudas sobre su falta de fiabilidad fuera del Estadio de Vallecas. Necesitaba el Rayo dar el golpe sobre la mesa que terminó recibiendo en su mentón ante el Almería hace una semana. Necesitaba el Rayo Vallecano convencer a todos de lo que tanto se dice y tanto está costando demostrar. Las aspiraciones a todo del Rayo Vallecano pasaban por hacer un buen partido ante el Sporting de Gijón en el Enrique Castro 'Quini' - El Molinón, un estadio mítico en el que los de Vallecas se han ido estrellando año tras año como una maldita tradición futbolística de esas que tanto parece costar romper.

    Para lograr tanto objetivo mezclado en tan solo noventa minutos, Andoni Iraola se dejó en el hotel la alineación ofensiva, de calidad y valiente que había dibujado horas antes de salir para el campo. O quizá nunca llegó a dibujar ese once con Comesaña, Oscar Valentín, Pozo o Qasmi y siempre tuvo claro que su Rayo debía jugar contra el Sporting con un equipo en el que estuvieran Antoñín, Mario Suárez, Alvaro o Andrés y, no porque cualquiera de estos cuatro jugadores no pudieran jugar, sino porque sorprende que ante uno de los 'grandes' de la categoría, se tire de determinados futbolistas con un corte muy diferente a los mencionados anteriormente. Sobre el papel la estrategia parecía clara, tocaba descubrir cómo se desenvolvía sobre el césped este Rayo 'sin apenas magia'.

    Arrancó el partido con el Sporting instalado en campo del Rayo, que desde el primer minuto demostró que la teoría y la práctica son idénticas cuando la intención es más que evidente: salir al contragolpe, jugar vertical y sorprender al conjunto asturiano.

    En los primeros compases sufrió Mario Hernández con la presión del rival y sufrió el Rayo con Mario Suárez en el centro, pero también lo hizo viendo cómo Antoñín corría en horizontal para intentar evitar la salida cómoda de un Sporting que entró mejor al partido que los vallecanos. No generaron peligro, ni unos ni otros, y el partido se movía entre las imprecisiones de los locales y los errores de los visitantes. Menor calidad con el balón en movimiento de la supuesta cuando cualquiera analiza un choque entre estos dos rivales.

    La primera "ocasión" para el Rayo llegó a la salida de un córner con un intento 'raro' de Velázquez, que se agachó para rematar un balón a media altura que no inquietó en ningún momento a Mariño. Así quiso avisar el Rayo a un Sporting que no se vio sorprendido por la falta de consistencia de un Rayo en el que nadie exhibía galones. Trejo lo intentaba sin éxito, mientras Antoñín se liaba en los regates, Alvaro no desbordaba a la defensa y Andrés se equivocaba al ocupar espacios en los que no conseguía la ventaja que Iraola había intentado provocar tras el punta.

    Aitor y Gragera probaron fortuna desde la frontal del área, ambos con el mismo resultado: balón lejos de la portería de Dimitrievski, que de nuevo era titular, tras celebrar la clasificación de su selección para la Eurocopa y viajar de vuelta a España para ocupar su sitio bajo palos de la portería vallecana.

    El Rayo no tenía referente en el centro del campo para iniciar el juego y se veía obligado, seguramente cumpliendo a rajatabla el guion marcado, a buscar un juego mucho más vertical, buscando, con una insistencia digna los equipos que no saben que hacer con el balón en los pies, encontrar la manera más sencilla y fea de llegar al ataque. El Rayo no jugaba bien y el Sporting poco a poco iba bajando sus prestaciones para convertir el partido en un correcalles sinsentido que por fin llegaba al descanso para regocijo de todos los que quisieron aguantar el 'espectáculo' que nos brindaban unos y otros.

    Andrés Martín, con una genialidad, salvó un punto para el Rayo.

    La segunda mitad arrancó con un zapatazo de Djuka que obligaba a Dimitrievski a trabajar despejando de puños. Era el primer disparo a puerta del partido, era la primera intervención de uno de los dos porteros. ¿Declaración de intenciones para la segunda mitad o un espejismo de lo que pudo haber sido y no fue? De momento el partido volvía a situarse en el sitio que más le interesaba al equipo asturiano. El Sporting mandaba, el Sporting jugaba en campo del Rayo y el Sporting manejaba el ritmo de un choque en el que el Rayo seguía sin aparecer. Los asturianos rondaban el área de Dimitrievski, aunque seguían sin generar el peligro que necesitaban para adelantarse en el marcador.

    Lo volvió a intentar el delantero serbio Djuka, aunque tampoco estuvo acertado, mientras Iraola miraba al banquillo y buscaba en Comesaña y Martín Pascual la solución a los problemas de un equipo que estaba totalmente encerrado. Debutaba el canterano del Rayo en un partido en el que los franjirrojos se veían 'contra las cuerdas', dejando su sitio tanto Oscar Trejo como Emiliano Velázquez.

    El partido estaba claramente inclinado hacia el campo del Rayo y daba la impresión de quedar tan solo para una genialidad o una desgracia. La desgracia llegó para los asturianos cuando Carmona, que había sustituido a Nacho lesionado, veía la tarjeta roja directa tras revisión del VAR, por una feísima entrada por detrás a Fran García. El Rayo tenía más de veinte minutos para jugar en superioridad y llegaba el momento de mostrar lo que no se había ofrecido en los setenta minutos disputados hasta entonces. Remató Martín de cabeza por encima del larguero a la salida de un córner y remató Catena al poste para marcar el rechace con la mano. Gol anulado y primeras buenas sensaciones. Lo buscó Comesaña, otro balón para dentro y el VAR confirmaba la decisión del árbitro anulando el tanto por agarrón previo. Dos goles anulados de manera consecutiva, pero el Rayo ya tenía presencia ofensiva.

    Seguíamos esperando la genialidad tras la desgracia, pero lo que llegó fue otra desgracia, ahora para el Rayo, y mucho mayor. Aitor superaba claramente a Martín en velocidad, ponía el balón en el área, el esférico tropezaba en Fran García y sin que Dimitrievski pudiera hacer nada, el Sporting encontraba un gol que parecía más cerca en contra que a favor.

    Todo parecía perdido para el Rayo hasta que apareció la genialidad que tanto esperábamos. Andrés Martín enganchó un espectacular remate a la escuadra para devolver la igualdad al partido y para regalar un punto al Rayo, que únicamente apareció en El Molinón cuando se vio 'obligado' al tener un hombre más.

    En el descuento Ais Reig se equivocaba al señalar un penalti de Javi Fuego corregido por el VAR para poner fin al partido. Oportunidad perdida para haber demostrado las aspiraciones de un equipo que no jugó a nada en todo el partido.

     

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