Ficha técnica:
RAYO VALLECANO (2): Dimitrievski, Mario Hernández, Velázquez, Catena, Iván Martos (A), Oscar Valentín, Trejo (Mario Suárez, minuto , Pozo (Comesaña, minuto 68), Alvaro (Advíncula, minuto 89) , Andrés (Isi, minuto 79) y Qasmi (Antoñín, minuto 79).
C.D. CASTELLÓN (1): Campos, Muguruza (Guillem, minuto 45) (A), Satrústegui, Lapeña, Gálvez (A), Señé (A), Fidalgo (Zlatanovic, minuto 77) (A), Mateu, César Díaz (Jordi, minuto 83), Rubén (Gus Ledes, minuto 45) y Ortuño (Cubillas, minuto 66)
Arbitro: Hernández Maeso.
VAR: Muñiz Ruiz.
Goles: 1-0. Minuto 14. Andrés Martín; 2-0. Minuto 43. Andrés Martín; 2-1. Minuto 60. Mateu de penalti.
RAYO VALLECANO 2 (Andrés Martín -2-) - CASTELLÓN 1 (Mateu (p))
Muchos en su fuero interno pensaban aquello de "equipo recién ascendido, de vuelta al fútbol profesional después de muchos años, equipo de nivel inferior"... y sin querer decirlo en voz alta, muchos pensaban que el Castellón sería un rival fácil. Quizá no sea cuestionable lo del nivel, pero lo de fácil, en esta Segunda División está claro que es demasiado aventurado y, seguramente, hasta insultante para un equipo animoso y peleón como el Castellón, que llegó a Vallecas sin ningún complejo y que, seguramente consciente de lo que tenía enfrente, no se conformó con mirar y esperar a su rival, sino que quiso gustarse con el balón en los pies. Debieron pensar los levantinos que, cuanto más balón tuvieran ellos, menos opciones le darían al Rayo. Eso sí, con tener balón no es suficiente, y hoy volvió a quedar claro de nuevo.
El partido arrancó con el Rayo volcado a banda izquierda. La ausencia de Isi en el perfil diestro obligaba más a mirar las internadas de Alvaro que las llegadas de Andrés Martín, que tiene mucha más tendencia a irse al centro y jugar entre líneas. Por la izquierda llegaría la primera jugada de peligro, con Qasmi rematando de primeras. Y por esa misma banda, tras una buena combinación entre Alvaro y Qasmi, llegaría el pase definitivo para que el Rayo empezara a mandar en el marcador. Qasmi para Andrés y 1-0 para el Rayo.
El equipo de Iraola tenía claro que la velocidad de sus acciones tras recuperación iba a marcar el duelo, provocando el nerviosismo de un equipo que había empezado bien, pero que cumplido el primer cuarto de hora ya se veía en desventaja, teniendo que cambiar su ritmo.
En el Rayo mandaba Alvaro, con sus constantes llegadas por banda, minimizando al máximo la ausencia por lesión de Fran García, sustituido por Martos. El Rayo dominaba el partido sin abrumar, tan solo con su despliegue vertiginoso. Enfrente, el conjunto castellonense, seguía intentando adelantar al máximo sus líneas generando peligro en las jugadas de estrategia y con un buen remate desde la frontal al que respondió Dimitrievski volando para despejar el esférico junto a la escuadra. Se cumplía la primera media hora de partido y, aunque todo parecía seguir igual, había una gran diferencia: el Rayo ya no llegaba con tanta asiduidad a las inmediaciones del área de Campos.
Otro arreón de Alvaro por la izquierda y otro remate a placer de Andrés Martín en boca de gol iban a finiquitar una primera mitad en la que el Rayo se llevaba doble botín después de no haber sufrido nada. Los de Iraola tenían el partido casi sentenciado, no solo por los goles, sino por la sensación de equipo inofensivo y blando del Castellón.
La segunda mitad arrancó con los protagonistas instalados en la misma idea. El Castellón quería atacar, el Rayo quería correr. Los levantinos manejaron el balón de principio, sin profundidad, sin riesgo y el Rayo se empezó a sentir cómodo pensando que todo estaba encarrilado.
Nada más lejos de la realidad. Un nuevo saque de esquina, unas manos dentro del área y un penalti que iba a anotar Mateu para apretar las cosas y para devolver al Rayo a la realidad de un partido al que aún le quedaba media hora de juego por delante.
La entrada de Comesaña por Pozo había provocado que Trejo adelantase su posición y las de Isi y Antoñín, por Andrés y Qasmi, supusieron únicamente un cambio de cromos, sin variación en el dibujo táctico ni en la posición de otros futbolistas.
El peligro de los minutos finales llegaba más por el resultado en sí que por la sensación que dejaba el Castellón que, pese a todo, gozó de una clarísima ocasión tras un remate de Cubillas junto al palo a falta de cinco para la conclusión. El Rayo se salvaba, aunque se quedaba con el susto.
Tres puntos para devolver al equipo a la senda de la victoria y para despejar las dudas generadas en sus últimas comparecencias, aunque tuviera que ser con menos solvencia de la que debería.