El Rayo Vallecano tiene dos planes de estilo de juego para afrontar los partidos. El Plan A y el Plan B, en cualquier caso vienen marcados por la ausencia de un delantero centro goleador. Como primera alternativa, Andoni Iraola piensa en que su equipo corra mucho, presione muy alto, recupere balones muy cerca del área rival y provoque situaciones de ventaja aprovechando la velocidad de sus extremos y hombres de ataque: Alvaro, Isi, Antoñín, Andrés Martín... Para llevarlo a cabo, el Rayo no duda un segundo en saltarse la línea de medios y provocar la 'estampida' con lanzamientos desde atrás. Catena y Martín, los pocos minutos que ha disputado, son dos claros ejemplos de esa búsqueda de las lanzas de ataque con envíos desde la línea defensiva. La atracción inicial del rival en el saque de portería de Dimitrievski jugando en corto con los centrales y el despliegue de alas de un Rayo que quiere ser vertical son el Plan A de un equipo que no termina de encontrar su mejor alternativa.

Por otro lado tenemos el juego horizontal y la búsqueda de espacios interiores con descarga a banda. Ahí encontramos a jugadores como Pozo, Trejo o Joni Montiel (el último en incorporarse al 'baile'). Ese fútbol más pausado del Rayo requiere de mucha precisión en el toque, de mucha movilidad de futbolistas y del trabajo de jugadores como Qasmi para abrir las defensas permitiendo las internadas de los centrocampistas. Ahí ha aparecido en ocasiones la figura de Comesaña sorprendiendo desde atrás o del propio Pozo para superar a las defensas rivales. El Plan B se encuentra de nuevo con la falta de ese delantero rematador que asegure un elevado número de goles.

Ambas alternativas han sido planteadas por Iraola en diferentes partidos y en diversas fases de un mismo partido, buscando siempre sorprender al rival, aunque el resultado de ambas no ha terminado de ser uniforme.