Hacía mucho tiempo que no se escuchaba sonido ambiente con sabor a fútbol en Vallecas. Desde que se cerró el fútbol a los aficionados, el Estadio de Vallecas permaneció en silencio, un silencio que tan sólo se rompía por el grito de los futbolistas (en el campo y en la grada) o algún que otro cántico de aliento desde los edificios cercanos animando al equipo. Pero hoy fue diferente y la sorpresa no pudo ser más desagradable. En diferentes fases del partido se escucharon silbidos 'enlatados' e incluso hubo un momento en el que se escuchó un cántico rayista que apenas duró unos segundos.
No hay nada que pueda devolver la magia al Estadio de Vallecas mas que sus propios aficionados y mucho menos una grabación que intente sustituir el alma y el corazón de ese lugar. El experimento fue ruinoso.