Me dicen que cada vez que hablo del Rayo es para criticar y que sea cual sea la decisión que se tome desde las altas instancias de la entidad franjirroja, nunca hablo en positivo. Creo que no soy sospechoso en cuanto a mis filias y a mis fobias así que probablemente tengan razón. Sin embargo en mi defensa he de argumentar que me suelen parecer tan sencillas muchas cosas que, en mi opinión, no se hacen bien que ver que no se hacen o se medio hacen, me pone bastante de mal humor.

No voy a ser yo quien niegue la mejora deportiva del conjunto de Vallecas. Con la nueva presidencia se ha logrado una cierta estabilidad en primera con solo dos descensos y dos ascensos en los últimos 13 años. A ello hay que sumarle que nos quedamos a 30 minutos de una final de Copa y a 45 de regresar a competiciones europeas. Que cada uno se atribuya el mérito que le corresponda.

Pero pese al brillo del primer equipo, el club sigue anclado en muchos de sus antiguos defectos. Y de ahí cada uno puede coger también sus correspondientes méritos. En los últimos días hemos asistido a la despedida de varios futbolistas que tras protagonizar estos años de éxito han decidido no renovar o han sido firmados por otros equipos. La despedida del Rayo Vallecano a esos jugadores que han hecho un poco más grande a este equipo de barrio no puede haber sido más fría (públicamente hablando). Eso cuando la ha habido. Los episodios de Catena y Fran García prometen repetirse no tardando demasiado con otros nombres que ya forman parte de la historia.

De cara al apartado social, más de lo mismo. Varios medios informan hoy de un principio de acuerdo entre varios clubes para abaratar las entradas visitantes. El nombre del Rayo Vallecano no aparece por ningún lado. Ojalá finalmente acabe haciéndolo. Aunque personalmente lo dudo bastante. Ni qué decir tiene que no hay ni rastro de abonos, ni probablemente haya premio a la fidelidad del público que ha logrado una media de 12.500 espectadores toda la temporada. Y como guinda, la popular Carrera del Rayismo que iba a terminar en el estadio de Vallecas, lo hará en un 1% de ese estadio porque el 99% restante está en obras. Está claro que lo primordial es tener el estadio en perfecto estado pero es que cada año siempre sucede algo. A ver cómo se lo explica uno a los 500 niños que van a correrla en esta 4ª edición.

Y termino mirando al Centenario que está a un año de celebrarse. Casi todo el mundo que conozco entre el rayismo está preocupado por si el primer equipo logrará mantenerse en primera división para celebrar los 100 años en la élite en la temporada 24/25. A mí me preocupa un poco más que el Femenino vaya a volver a ser entrenado por el mismo técnico tras dos descensos y que la sección más laureada del club esté en Segunda Federación Femenina (y esperemos que no más abajo). Y también me preocupa bastante la situación de un Rayo B que ha vivido un mes y medio en Preferente porque alguien se inmiscuyó en las decisiones de la dirección deportiva de cantera para elegir al ocupante del banquillo esta campaña.

A quien le sirvan solo los éxitos de la primera plantilla estará encantado en los últimos años. Nadie puede negar lo logrado en los últimos años. Ahora solo queda desear que se extiendan a toda la estructura del club. Nada me gustaría más que no tener nada que criticar. Eso significaría que cosas muy sencillas se están haciendo bien.