Quedan apenas unas horas para la disputa de la que debería ser una de las semanas de mayor pasión y alegría para el rayismo (y por extensión también para aficionados donostiarras y pamplonicas). Porque un Real Sociedad - Rayo Vallecano o un Osasuna - Rayo Vallecano siempre se ha vivido de forma especial entre los aficionados.

Sin embargo, la RFEF y LaLiga han conseguido algo que parecía casi imposible de lograr. Una chapuza de dimensiones colosales que está provocando que en las jornadas previas al partido se escuche más comentarios negativos, comunicados y reclamaciones que invitaciones, ánimos y deseos de celebrar conjuntamente la fiesta del fútbol.

Porque a nadie se le ocurriría que los partidos de Copa o de Liga tengan que modificar sus horarios apenas a una semana vista por la falta de previsión de estos dos organismos. Y no es algo que haya que solucionarse a corto plazo. Las medidas deben aplicarse de forma seria y a largo plazo para evitar esperpentos como el vivido esta semana.

A nadie le entra en la cabeza que cuando hay compromisos 'internacionales' de las selecciones vaya a haber partidos que se jueguen en lunes. Teniendo ello en cuenta, a nadie le debería entrar en la cabeza que cuando hay competiciones europeas o partidos de torneos tan emocionantes como la Copa, sí los haya. Eso es exactamente lo que le tocó vivir a la Real Sociedad este lunes 13 de enero disputando a las 9 de la noche su partido de Liga contra el Villarreal. Un choque que acabó menos de 70 horas antes de que vayan a recibir a su rival copero: el Rayo Vallecano (quien jugó el viernes).

Una situación demencial de la que se ha quejado amargamente el club a través de un comunicado exigiendo respeto y hasta un jugador como Kubo quien ante las cámaras de la Liga asegura que lo que le han hecho a la Real es "una mierda". Con un par de narices. Y no es la primera vez que se lo hacen en esta temporada de la Copa del Rey.

Enfrente, está también otro equipo cabreado, el Rayo. Primero porque va a tener también apenas 70 horas para regresar a Madrid, preparar el partido contra Osasuna y viajar hasta Pamplona para jugar. Y después porque sus aficionados con entradas compradas, hoteles reservados y transportes pagados, van a tener que cambiar su horario de partido por la falta de previsión de unos señores con corbata que siguen devaluando esta Liga.

El triángulo San Sebastián - Vallecas - Pamplona debería estar de fiesta y en su lugar el cabreo es total tal y como resumió a la perfección la Federación de Peñas del Rayo Vallecano: "Una vez más los aficionados son pisoteados por LaLiga tras cambiar horarios sin ningún tipo de miramiento. Billetes de tren, avión, bus cancelados, noches de hotel abonadas y entradas sacadas. ¿Quién devuelve ahora todo este dinero? Basta ya!! Sin aficionados no hay fútbol".