Unai Emery ya sabe lo que es vivir al filo de la navaja. Ya le pasó en Valencia, donde la sombra de la destitución o la no renovación estuvo planeando durante mucho tiempo sobre su cabeza y ya le ha pasado en Sevilla, donde la influencia de entrenadores adorados por todos los estamentos de la entidad apenas dejan margen de maniobra a un entrenador que el domingo en Vallecas podría estar jugándose algo más que tres puntos.

Emery deberá afrontar una nueva crisis si el Sevilla no es capaz de ganar al Rayo en Vallecas o, al menos, puntuar dando buena imagen. En la capital hispalense se vuelven a escuchar rumores y eso no favorece a la estabilidad de un equipo que se mantiene con opciones de entrar en Europa el año próximo -la séptima plaza es un objetivo al alcance de los sevillanos- y que, tras el resultado de anoche en Eslovenia, tiene en su mano el pase a la siguiente ronda de la Europa League.

Pese a todo, en Sevilla no parecen dispuestos a dejar pasar más oportunidades a un entrenador que ya ha sido ratificado en alguna ocasión y que, según cuentan nuestros compañeros de muchodeporte.com, estaría viviendo una delicada situación, por unas supuestas negociaciones con el actual entrenador del Levante, Joaquín Caparrós.

El ambiente enrarecido que este tipo de situaciones suele generar en un equipo es algo que podría beneficiar al Rayo Vallecano, que sigue centrado en un partido que vuelve a ser vital para sus intereses y que tendrá en la grada al primer aliado de la mañana dominical. El gol espera a los de Vallecas, y a Emery le espera... el banquillo, al menos de momento.