Opinión. Habrá quien diga y piense que nunca estamos contentos con nada. Que siempre andamos criticando. Habrá quien opine que las decisiones de los dueños del Rayo Vallecano son acertadas. Habrá quien se crea que las razones últimas de lo que hacen están encaminadas a mejorar la vida del aficionado. Incluso alguno quizá piense que cuando le dicen que se le echa de menos es cierto, es sincero. Lo siento, pero hace tiempo que dejé de ver las cosas con el 'buenismo' necesario para no arder por dentro con cada decisión adoptada. Mucho más cuando te toca directamente y, una vez más, consideras que se han reído de ti, que te han 'robado' una experiencia, un momento, parte de una historia.

No salgo de mi asombro. No sé cómo acercarme a este rincón sin terminar utilizando todos los exabruptos que se me vienen a la cabeza desde que los compañeros de Matagigantes 'tiraron' que el Rayo pensaba abrir la ciudad deportiva el próximo fin de semana. No logro entenderlo, sinceramente. He preguntado y nadie lo entiende. He vuelto a preguntar, y los que deciden, hablan de trabajar con cautela y seguridad. Si no hay público en el fútbol profesional... en fin.

Me parece bochornoso que el Rayo se ría de su gente de esta manera. Que haya tenido al filial peleando por ese escudo durante meses y llegando a la fase final y al play-off de ascenso con sus seguidores agarrados a la valla mientras en otros campos esos mismos futbolistas del Rayo sentían el apoyo de las aficiones a sus rivales. Que se haya negado a abrir la ciudad deportiva para que los chavales pudieran estar con sus familias, con sus amigos y con un grupo de aficionados que les aplaudiera, es tremendo. Lo he criticado muchas veces, pero asumiendo que si la decisión definitiva era esa no había mucho más que pelear. Si no quieren público en la ciudad deportiva por criterios de salud, ellos sabrán. En la ciudad deportiva hay una grada en la que se puede intentar mantener la distancia de seguridad mínima, con acceso directo desde la calle... no voy a seguir explicando lo obvio, porque ahora parece factible.

El filial se quedó sin opciones el pasado domingo, ya no podrá ascender a la antigua Segunda División B. Todo un disgusto para los jóvenes jugadores y para los que hemos vivido semana a semana la andadura del equipo. El Rayo B se quedó en el camino y lo hizo solo, sin el apoyo de los suyos, con más gente del Torrejón que del propio Rayo en la grada y en las vallas. Nada lógico, pero mucho menos lógico que ahora, justo una semana más tarde de esto, quien manda aquí decida que ahora sí. ¿Pero qué c......? Sinceramente, ¿en serio alguien piensa que nuestro problema es que nunca estamos contentos con nada o que siempre andamos criticando? Que me expliquen por qué el domingo pasado no podía entrar nadie y el fin de semana que viene sí se puede, ¿qué ha cambiado en apenas tres días? Nada, absolutamente nada, esa es mi opinión. Me hablan de un protocolo y unas medidas... un protocolo y unas medias que sin duda se podrían haber tomado, si se hubiera querido, mucho antes. No se hizo. ¿Por qué? ¿Porque no había público en el fútbol profesional? ¿Pero qué tendrá que ver una cosa con otra?

En algún momento llegué a pensar que se podía tener un detalle con los abonados de la temporada 19-20 (que por cierto, muchos todavía no han recibido la compensación de sus abonos) y, con una capacidad máxima, la que fuera, pudieran acceder gratuitamente a ver los partidos del filial y del femenino en este tramo final de temporada. Pero no, que va. La entrada será pasando por caja. No solo no te devuelven lo que te deben, ahora tienes que pagar para ver jugar a tu hijo o hija que juega en categoría alevín, benjamín, cadete o juvenil. Así se las gastan en Vallecas, este es el nivel. El filial se jugaba un ascenso, el Femenino una salvación. Pero aquí sólo importan los euros. No importas tú, no importan ellos ni ellas, sólo importa el dinero. Lo siento, pero parafraseando a Iraola, no "me sale estar contento".