Este Rayo no solo no enamora sino que, lejos de hacerlo, se afana en desesperar a los suyos. Una plantilla concebida hace unos años para ser protagonista con el balón en los pies, para dominar, para controlar y para generar peligro, se ha convertido en un equipo vulgar y sin ideas que, tras tres jornadas, y sin nada aportado, ocupa zona de descenso a Segunda B y de manera merecida. Lo de hoy volvió a ser una nueva muestra de lo mal que ha empezado la competición oficial para el equipo de Sandoval, que hoy dio entrada a Alex Moreno en lugar de Lass (concentrado con su selección) y que dejó fuera a Fran Beltrán para que se estrenara el recién llegado Zuculini.

El inicio de partido tuvo muchas similitudes con el que finalizó en empate el pasado fin de semana ante el Valladolid. El Rayo comenzó apretando, presionando e incordiando para impedir que el Almería jugase cómodo. Los primeros minutos de dominio franjirrojo, sin llegadas a la portería de Casto, fueron un espejismo que rápidamente quedaría en evidencia. El Almería, a los diez minutos ya se había quitado de encima la presión franjirroja y en un par de acciones a balón parado generó algo de inquietud en torno al portal defendido una semana más por Toño, que claramente se ha ganado la confianza de un Sandoval que, a día de hoy, es incapaz de hacer que su equipo juegue a algo.

La banda derecha ocupada por Quini se convirtió en una puerta abierta para las llegadas de los andaluces, que no supieron aprovechar esa superioridad en el costado estropeando sus ventajas con centros poco precisos. Entre tanto, el Rayo se convertía en un equipo de perfil bajo en cada acción ofensiva, sin ideas, sin patrón, sin rumbo y, la mayoría del tiempo, sin posesión de balón. El primer aviso del partido llegaría para el Almería, como no podía ser de otra manera, en un remate de cabeza a balón parado. El intento del ex jugador del Rayo, Jorge Morcillo, no encontró portería, mientras el Rayo ni siquiera se acercaba a las inmediaciones de un Casto que no tendría trabajo en la primera media hora. Ni siquiera tuvo que intervenir en la primera acción ofensiva del conjunto franjirrojo. Un buen balón filtrado por Ebert para la llegada en solitario de Alex Moreno, tendría un pobre resultado tras el mal remate del catalán que, antes de entrar en el área, y con todo a favor para encarar a Casto, remató cruzado fuera.

Habría que esperar hasta el minuto 28 para disfrutar de la primera acción ciertamente peligrosa de los vallecanos. Ebert aprovecharía un grave error de Pozo en la salida del balón para conducir y hacerse un hueco, buscando un remate al que respondería fenomenalmente Casto. El balón suelto sería rematado a bocajarro por un Javi Guerra que volvía a toparse con el cancerbero almeriense, que salvaba a los suyos de ir por debajo en un partido en el que ninguno merecía más de lo que hasta ese momento estaba logrando: nada.

Pese a todo, a la media hora el Rayo parecía tener controlado el partido. La buena disposición táctica del equipo dificultaba la salida del balón de un Almería que, salvo por Pozo y Fidel, tampoco tiene jugadores de notable calidad técnica. Aprovechando los mejores momentos del equipo vallecano, Alex Moreno cedía a Javi Guerra que, solo ante Casto, remató al centro de la portería errando otra clara ocasión. El Rayo aprovechaba acciones aisladas, fruto de recuperaciones, pero no tenía continuidad en el juego.

Sin mucho más que resaltar del primer período, el partido llegó a los minutos decisivos. Antonio Puertas, a falta de tres para el descanso, aprovechó una indecisión en campo propio del Rayo para, entre varios defensores franjirrojos, hacerse un hueco y rematar con la pierna izquierda lejos del alcance de Toño. El Almería ya tenía el 'botín' buscado, pero no desaprovechó el regalo de los visitantes para ampliar las diferencias. Apenas un minuto después del 1-0, un contragolpe culminado por Azeez dejaría en evidencia a la defensa vallecana. La banda derecha desaparecida, los centrales fuera de zona, el lateral zurdo en el sitio de los centrales, en definitiva, un 'tuya-mía que aprovechó el desconcierto de la cobertura franjirroja para llevar el partido a un 2-0 que dejaba helados a los de Sandoval.

El equipo no había tenido posesión, los lanzamientos largos de Amaya para la banda no eran la solución, mientras los centrocampistas apenas tenían protagonismo. Trashorras se aburre y lo demuestra incluso con balón y eso es muy mala señal para el Rayo. Javi Guerra ni las huele en acciones continuadas de juego y Patrick Ebert se vacía en carreras infructuosas para recuperar balones, que posteriormente tampoco son bien gestionados. Además, el estreno de Zuculini pasó prácticamente desapercibido, algo que sumado al desajuste defensivo del equipo dio como fruto una pobre primera mitad, con ocasiones de gol, pero sin fútbol.

Sandoval sentó a Trashorras y dio entrada a Fran Beltrán en busca de una reacción que no llegó a culminar

El segundo período cambió algo de rumbo fruto de dos tendencias que variaron para buscar el mismo objetivo, pero por vías diferentes. El Rayo buscó tener más presencia en el partido y el Almería, con la ventaja acumulada en el tramo final del primer período, cedió metros y 'regaló' el balón a su rival para buscar una contra que cerrase el duelo.

Alex Moreno estuvo cerca de recortar distancias cuando, en el minuto 53, culminó una galopada personal con un remate duro al que volvió a responder con solvencia el cancerbero local, Casto. Por su parte, Toño respondía con un alarde de reflejos para evitar que un lanzamiento directo de saque de esquina se convirtiera en gol olímpico. El devenir del choque obligaba a Sandoval a mover ficha, sacando del partido a un desconocido Trashorras para dar entrada al principal damnificado del mercado de fichajes, el joven Fran Beltrán, que fue el sacrificado por el técnico tras la llegada de Zuculini.

La falta de fútbol del Rayo volvió a quedar patente cuando una recuperación de balón obligó a Javi Guerra a construirse una acción de ataque, sin apoyos y ante cuatro defensores, que finalizó con un remate alejado de la portería almeriense. Así jugaba un Rayo que a falta de veinte minutos empezó a tener mucho más balón, sin Trashorras en el campo,  y sin saber muy bien qué hacer con él, consumiendo minutos sin apenas ocasiones de peligro y con un Almería asentado en defensa y a la espera de una contra que fuera definitiva y que llegaría en el minuto 75. Pozo se coló en el área de Toño, cedió atrás para la llegada de Fidel que, completamente libre de marca, fusiló la portería vallecana para lograr el 3-0. Ahí se acabó todo.

Mojica buscó a Ebert, que remató fuera, e intentó ser protagonista con un remate que se marchó alto antes de la última acción del partido, un remate blando de Manucho, que había entrado a falta de veinte minutos y que tan solo tocó ese balón a falta de cinco para lo conclusión de un partido en el que el Rayo volvía a ofrecer muy mala imagen. Ahora llega la copa ante el mismo rival, para intentar recuperar el fútbol que todavía no ha aparecido en un inicio de temporada totalmente decepcionante.