El delantero venezolano Miku fue uno de los grandes protagonistas del partido ante el Cádiz. Su entrada al terreno de juego vino acompañada de una gran pitada de su propia afición, que no le perdona que durante el verano estuviera intentando salir del equipo, y que mostró su descontento cada vez que el jugador franjirrojo tocaba el balón. Pese a todo, Miku intervino en los goles que serían decisivos para que el Rayo cerrase el choque ante los gaditanos. A la conclusión del encuentro afirmaba que se sentía "contento, porque el equipo ganó ante un rival que hace las cosas muy bien, pude jugar y volver a tener sensaciones, pero lo más importante es que pude meter un gol".

Su pasado reciente en la entidad vallecana ha sido muy convulso, tras lo sucedido en la pretemporada y después de su 'encontronazo' con Sandoval en Almería, algo que el jugador dice tener olvidado. "Después de todo lo que pasó... pero eso ya está olvidado y ahora solo tocar esperar la oportunidad cuando el entrenador lo considere oportuno y, cuando toque, ayudar", añadiendo que "lo que ocurrió en el pasado lo tengo mucho más que olvidado, en aquel momento pedí perdón por si alguien se sintió ofendido y lo que quiero es ayudar", para terminar afirmando que "yo siempre he estado bien aquí, yo jamás he dicho nada de esto. La gente es libre de opinar, todo el mundo tiene una opinión y en el mundo del fútbol se es libre para que te guste un jugador más o menos. El año pasado hice bastantes cosas bien y con eso me quedo".

Sobre las muestras de desaprobación de la grada vallecana, Miku comentaba que "la afición es soberana y siempre tiene la razón. Yo lo que tengo que hacer es jugar, tratar de hacerlo bien y luego ellos emitirán un veredicto. No tengo nada que objetar, como te digo, la afición es soberana y siempre respeto la opinión de todos, porque en el fútbol cada uno tiene su propia opinión. Yo simplemente tengo que jugar y tratar de hacerlo lo mejor posible".

Las instrucciones de Sandoval antes de entrar al partido, que por aquel entonces transitaba con el momentáneo 1-0 logrado por Embarba en la primera mitad, fueron "que me ocupara de tapar la salida de ellos, que me iba a tocar jugar detrás de Manucho, como jugué en muchas ocasiones la temporada pasada, que jugara lo mejor posible y que me divirtiera".

Con el gol anotado por el venezolano, y anteriormente con su participación en el 2-0, sus compañeros le arroparon. "Mis compañeros han estado conmigo en todo momento, han entendido mi situación también, algunos no la han compartido, pero al margen de eso, lo más importante es que siempre ha habido mucho respeto. El gol para todos fue una alegría, sobre todo porque cerraba un partido que con el 2-0 de Alex, podían meter un gol y meterse en el partido. Con el 3-0 se cerró todo".

El próximo encuentro en Oviedo será especial para un Miku, que no volvía a la capital asturiana desde su participación en Segunda B. "Es un campo muy bonito al que hace mucho tiempo que no voy, desde que jugaba en Segunda B, un equipo histórico, con un entrenador que no hace falta nombrar su carrera. Será un espectáculo. Ojalá que consigamos de visitante una victoria pronto", destacando por último la labor no siempre vistosa de los delanteros. "Yo siempre intento ayudar. A veces toca marcar y otras veces hacer un trabajo mucho más oscuro. Los delanteros vivimos así. Fíjate Manucho, que hace un trabajo muy oscuro que muy poca gente puede valorar o entender, pero que es súper necesario para nuestro equipo, porque ofrece muchas variantes, están todos pendientes de él, es muy fuerte y nos libera a los demás para jugar más tranquilos", concluía.