Opinión. Podría intentar ser políticamente correcto y buscar una explicación a lo que hoy nos ha tocado vivir en el Estadio de Vallecas. Una vez más, otra vez más. Podría intentar ser políticamente correcto y callarme, pero no me da la gana... Mientras la afición del Rayo Vallecano disfrutaba junto a los suyos de una jornada festiva enmarcada dentro de las celebraciones de las Jornadas contra el racismo, el club, sí "el club", decidía que nuestro trabajo no merece la pena y, una vez más, nos daba la espalda y una patada en el culo (en el trasero, para ser más políticamente correcto).

Debe ser que al Rayo Vallecano y a sus marcas comerciales les sobran medios que divulgan su imagen de manera gratuita como hacemos nosotros. Debe ser que cuando nos han dicho algo hemos sido un medio que ha desobedecido y ha generado problemas. O debe ser que nos tratan como si fuéramos tontos y, además, esperan que seamos políticamente correctos y no nos quejemos.

Hoy, como en cientos de actos durante los catorce años de existencia de este medio, Pasión por el Rayo ha acudido a una nueva cita con el Rayo y con la afición del Rayo. Hoy, como en cientos de actos durante estos catorce años, hemos intentado desde el mayor de los respetos a todo el mundo, hacer nuestro trabajo y hacerlo de la mejor manera posible. Hemos solicitado acceder a una zona de la grada que nos permitiera tener una mejor perspectiva para fotografiar lo que sucedía en el fondo de Vallecas. Nos lo han prohibido. Hemos intentado tomar las mejores imágenes desde las butacas superiores de la grada del fondo. Nos lo han prohibido.

Podríamos haber hecho caso omiso a las prohibiciones del club y haber saltado al césped cuando los jugadores buscaban desesperadamente un fotógrafo que tomara la imagen del grupo ante el fondo con la pancarta contra el racismo. Pasión por el Rayo se ha mantenido en su sitio, ahí sí que hemos sido políticamente correctos... pero ahora que no nos pidan que estemos callados y no nos quejemos. 

Son infinidad de horas de trabajo, son muchos los esfuerzos realizados cada día y nunca pedimos nada a cambio. Bueno, algo sí, que nos traten con el mismo respeto y cariño con el que nosotros les tratamos a ellos. Que no nos traten como a tontos y que nos permitan hacer nuestro trabajo altruista de la mejor manera posible. ¿Es mucho pedir? Parece que para este Rayo Vallecano lo que pido es demasiado. Gracias por darnos la espalda y una patada en el culo. Gracias por vuestra gran gestión y apoyo a medios pequeños como nosotros. Gracias.