El Rayo Vallecano cayó ayer en los octavos de final de la Copa del Rey ante el Girona (3-1), en el cuarto partido de la temporada en esta competición, todos ellos disputados lejos del Estadio de Vallecas. Esta campaña arrancó con el At. Lugones, después ante el Yeclano Deportivo, posteriormente ante el Huesca y, por último, ante el Girona, líder de la Primera División, en Montilivi. El sistema de competición de esta Copa del Rey obliga a disputar los partidos en campo del rival de menor categoría, circunstancia que provocó que las primeras rondas se disputaran a domicilio. Si, además, en el sorteo te toca un Primera División, pero tu bola sale la segunda, pues otro partido lejos de casa.
El año pasado sucedió algo similar. Los duelos con Mollerussa, At. Saguntino y, finalmente, contra el Sporting, se jugaron a domicilio por ser rivales de categoría inferior. Como el Rayo cayó eliminado en el Molinón, la afición vallecana se quedó con las ganas de disfrutar de un partido de su equipo en la competición del KO.
Esto supone que haya que echar la vista atrás en el tiempo para encontrarnos con el último partido de Copa que se jugó en Vallecas y que se celebró el 9 de febrero de 2022 contra el Betis en el partido de ida de las semifinales coperas que acabó con 1-2 para los verdiblancos. Desde entonces han pasado prácticamente dos años y siete partidos (Mollerusa, At. Saguntino, Sporting, At. Lugones, Yeclano Deportivo, Huesca y Girona) sin que la Copa 'aterrice' por Vallecas.