El Rayo recuperaba un balón y lanzaba una contra peligrosa cuando Muñiz Ruiz decidía que el partido debía parar porque ya se había cumplido el tiempo de añadido de la primera parte. Sin dar crédito a lo sucedido, varios futbolistas del Rayo se dirigieron al colegiado para protestar su decisión. Allí llegaron Lejeune, Oscar Valentín y Raúl de Tomás, mientras Muñiz Ruiz les mostraba el reloj de su muñeca izquierda diciéndoles que el tiempo estaba cumplido. Por allí llegó Dimitrievski, el Pacha Espino y Unai López. Alvaro pasó de de largo con claros gestos de desaprobación mientras Kike se mantenía a una cierta distancia.
De repente, entre la maraña de jugadores del Rayo protestando al árbitro apareció la figura de Iñigo Pérez, el 'Hombre tranquilo' del Rayo que, lejos de echar más leña al fuego, se dirigió a sus jugadores para sacarlos del lío. Mandó a vestuarios a Oscar Valentín y Unai y le dijo al Pacha que se olvidara de la protesta. Todos para dentro con caras de incredulidad y el 'Hombre tranquilo', pensativo y con las manos en los bolsillos, al frente de un equipo que tenía que redondear la faena en la segunda parte.