Si en Vallecas hablas del 13 de mayo de 2012 probablemente todo el mundo te hable del Tamudazo. Pero muy pocos te hablarán de que aquel día fue la última ocasión en la que Miguel Ángel Sánchez Muñoz, nuestro Michel I de Vallekas, se vistió de corto. Aquel partido contra el Granada que supuso la salvación de la entidad vallecana (futbolística e institucionalmente hablando) supuso la despedida del fútbol del eterno capitán.
El 8 del Rayo colgó las botas sin poder despedirse sobre el césped como futbolista. Tampoco pudo hacerlo como entrenador cuando fue cesado un 18 de marzo de 2019. Y ha tenido que esperar 12 años y 2 semanas para hacerlo por todo lo alto y en un día muy especial para todo el Rayo: el 29 de mayo de 2024, el día del centenario del Rayo Vallecano.
Míchel fue recibido por todo lo alto en el partido de Leyendas del club franjirrojo. El hijo pródigo volvía a la que ha sido, es y será su casa. Y el estadio de Vallecas atronó cada vez que tocaba el balón o cada vez que sonaba su nombre por megafonía. Con la camiseta franjirroja puesta y su mítico dorsal en la espalda, por fin podía despedirse de Vallecas como futbolista como debió hacerlo.
Empata Villa en un disparo que se envenenó tras tocar en Javi Fuego
— Pasión por el Rayo + PxR Radio (@pasionporelrayo) May 29, 2024
Leyendas del Rayo 1-1 All Stars La liga
Si la foto no os carga es porque tiene demasiada calidad pic.twitter.com/QkWvyJS6ZM
Durante el partido, el centrocampista demostró que no ha perdido el toque, ni la visión de juego ni el estilo. Los años han pasado, sí, pero la calidad no se pierde. Y lo que se ha perdido de físico se suple con el cariño y el calor desde la grada.
El mismo que hizo retumbar al descanso su canción: "Nos sacó de segunda, del Rayo hasta la tumba, Míchel contigo siempre". El ex jugador y ex entrenador del Rayo, y actual técnico Champions con el Girona se emocionó hasta el punto de que las lágrimas asomaron a sus ojos.
Era la despedida sobre el césped que nunca tuvo. En el partido del centenario un 29 de mayo de 2024 y rodeado de leyendas franjirrojas y de su público. ¡Gracias por todo, Míchel!