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CRÓNICA

Rayo Vallecano 3-1 Osasuna: La noche de los golazos

Raúl González de Haro, Mumin, Ratiu y Unai López pusieron con sus golazos la salsa de un partido muy bonito

Escrito por Lunes, 16 Septiembre 2024

    Encuentro repleto de ocasiones para ambos equipos que tuvo tensión hasta los minutos finales

    Unai celebrando el 3-1 ante OsasunaUnai celebrando el 3-1 ante OsasunaPasión por el Rayo

    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (2): Batalla, Ratiu, Mumin (A), Lejeune, Chavarría, Óscar Valentín, Gumbau (Unai López (A), minuto 64), Embarba (Isi, minuto 57), Trejo (De Frutos, minuto 57), Álvaro García (James, minuto 87) y Camello (A) (Guardiola, minuto 87)

    Osasuna (1):  Herrera, Areso, Catena, Boyomo, Abel Bretones, Lucas Torró, Moncayola (A) (Peña, minuto 75), Aimar Oroz (Ibáñez, minuto 66), Bryan Zaragoza (A) (Moi Gómez, minuto 84), Rubén García (Arnáiz, minuto 75) y Raúl García de Haro (Budimir, minuto 66)

    Goles: 0-1. Minuto 28. Raúl García de Haro. 1-1. Minuto 50. Mumin. 2-1, Minuto 66. Ratiu. 3-1. Minuto 90+4. Unai López

    Árbitro: Quintero González

    VAR: Iglesias Villanueva


    RAYO VALLECANO 2 (Mumin, Ratiu y Unai López) - OSASUNA 1 (De Haro)

    A veces pagar cara una entrada merece la pena. O trasnochar un lunes laborable para ir con los tuyos al estadio de Vallecas en una jornada desapacible y ventosa porque por fin volvía el fútbol a Vallecas. Merece la pena porque en esos días triviales se generan recuerdos memorables e inolvidables. ¿Te acuerdas el partido en el que Mumin, Ratiu y Unai López metieron tres golazos por la escuadra sin casi espacio? Porque en el barrio ganar, empatar o perder es lo de menos y lo que importa de verdad es comprobar cómo cada 15 días lo imposible se hace posible a base de compañerismo, trabajo y talento individual y grupal.

    Un lugar, Vallecas, donde pese a que muchos ponen el foco en una estrella mundial como James Rodríguez con plaga de camisetas colombianas en la grada, el gran protagonista acaba siendo un jovencísimo chico de Ghana capaz de reponerse de un mazazo como el gol de Osasuna. Tras el 0-1 del equipo pamplonica, el central se echó el equipo a su espalda y fue decisivo tanto en ataque como en defensa.

    Su posición (y la de Ratiu y Lejeune) parecen las tres únicas plazas casi fijas para Íñigo Pérez. El entrenador rayista organizó una pequeña revolución para sumar a su guerra por el objetivo a más jugadores. Batalla, Trejo y Gumbau que apenas habían disputado minutos partieron en el 11 titular junto a Chavarría sustituyendo al lesionado Pacha Espino.

    Ni Rayo ni Osasuna empezaron mal la primera mitad. Bryan Zaragoza y Raúl García de Haro eran el quebradero de cabeza de la zaga rayista. Camello y Álvaro García, las de los rojillos. Y los más de 13.000 valientes en la grada disfrutaban como enanos del recital de ocasiones que se sucedían en una u otra área.

    Sólo faltaba el acierto y ese apareció en la bota derecha de un Raúl García de Haro que aprovechó la indecisión de los de Vallecas para ponerla en la escuadra como si la cosa fuera sencilla. El tanto no desanimó a los locales que lo siguieron intentando sin desfallecer. Antes del descanso, el Rayo Vallecano ya merecía la igualada pero tuvo que esperar al paso por vestuarios para borrar del mapa a Osasuna.

    Porque los de Pamplona se durmieron en los laureles y fueron arrollados por un equipo 'rayi rojo' que salió a morder el césped. Apenas tardó 5 minutos en lograr la igualada en una locura magistral de Mumin que cambió el sino del encuentro. Osasuna era incapaz de parar la apisonadora rayista y en apenas un cuarto de hora pudo encajar varios goles en las botas de Álvaro García o Isi. La remontada llegaría en otra preciosa combinación por la banda izquierda en la que Pep Chavarría le sirvió el gol a un Ratiu imperial que secó como pudo a Bryan Zaragoza.

    Con el equipo de Vicente Moreno absolutamente grogui y superado no le quedó más remedio que quemar sus naves e irse con todo al ataque. Pero el Rayo iba a aprovechar los espacios para cerrar el partido pese al susto del cabezazo de Peña al palo. Lo tuvo Sergi Guardiola primero tras un centro maravilloso de James a la espalda de la zaga y la tuvo también Unai López que no desaprovechó las facilidades del rival para conducir 50 metros y golpear desde fuera del área para destrozar la red de Sergio Herrera.

    A veces, la gran mayoría de ellas, merece la pena ser de un equipo humilde. Porque la victoria se sufre y se saborea mucho más. Porque cuando suena La Vida Pirata, todo merece la pena...

     

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