El viaje del Centenario encontró en De Frutos al hombre que nos iba a hacer vibrar. Dos goles suyos terminaron por culminar una remontada que parecía innecesaria, por cómo iba el partido, pero que lo fue porqu el Valladolid hizo 'pupa' en una gran acción de Raúl Moro.

Iñigo presentó tres novedades en su equipo inicial. Oscar Valentín en la medular, Embarba en la banda izquierda e Isi en la media punta completaban un once estándar, inamovible en defensa (salvo lesiones) y con posiciones más volátiles en el resto, pero apuntaladas pese al empate ante el Leganés y el posterior 'mosqueo' del técnico.

El partido ante el Valladolid se iba a jugar en la presión. El que mejor supiera interpretarla, tanto a favor, como en contra, tendría mucho ganado. La calidad con el balón en los pies era el segundo capítulo de una novela que buscaba protagonistas para construir su historia. El primero en postularse era un Isi Palazón hiperactivo, omnipresente y con tanta movilidad que los pucelanos se las veían y se las deseaban para pararle. 

El Rayo dominaba el partido, o eso creía, mientras el Valladolid, que parecía inocente, ponía algún que otro centro peligroso en la zona de remate. Habíamos superado ya un cuarto de hora y el choque se diluía en el centro del campo, con los vallecanos adelantando mucho su línea defensiva y con los blanquivioletas buscando a Latasa para inquietar a Batalla.

Unai quiso quitarle protagonismo a Isi con un buen disparo desde la frontal que repelía con apuros Hein. Después sería De Frutos el que iba a rematar junto al palo. El plan empezaba a funcionar. La presión surtía efecto, el Rayo hundía al Valladolid y el balón tenía la velocidad que requería la apuesta defensiva de los de Pezzolano.

Mientras la fiesta seguía en la grada vallecana, sobre el césped el Valladoid se diluía bajando la intensidad de su presión y el Rayo se sentía cómodo con balón, pero sin encontrar a Camello en punta y buscando la llegada de los centrocampistas y extremos para culminar el trabajo. Con la posesión no era suficiente y, sin presencia en área, la alternativa era buscar los disparos desde fuera. Sin acierto tampoco en esta faceta, el partido ya había decaído lo suficiente como para desear que llegara el descanso para recuperar el empuje y la presión del inicio del choque.

La primera parte ofreció mucho menos de lo que prometía y, cuando la presión bajó, el fútbol no apareció y Valladolid y Rayo se terminaron citando para la segunda mitad entre los abucheos de la grada de Zorrilla.

Tras el paso por vestuarios quedaba claro que al entrenador local le había gustado menos aún que al visitante lo ofrecido por su equipo en el primer período. Tres cambios, dos de jugadores con cartulina amarilla, movían el 'cotarro' sobre todo con la irrupción estelar de Raúl Moro. El atacante vallisoletano revolucionó al equipo pucelano hasta el punto de inventarse el 1-0. Rompió en un gran regate la cintura de Lejeune y cedió un balón atrás para que Amath, libre de marca, diese el primer 'mamporro' a los de Vallecas. Lo mejor... que quedaban 40 minutos por delante, lo peor... que el partido no tenía inercia favorable para los franjirrojos.

Tocaba demostrar dónde quiere estar este equipo esta temporada. Y lo hizo bien, porque en apenas seis minutos ya había devuelto las cosas mucho más cerca de su sitio, porque si alguien había querido imponer su fútbol había sido el Rayo. Tras una gran acción al primer toque, Isi dejó solo a De Frutos para que fulminara a Hein en el 1-1. Media hora por delante para culminar la remontada.

Batalla salvó a los suyos en un mano a mano de Amallah, que se había escapado de los centrales para encarar al argentino, que estuvo muy atento. Con el empate del Rayo el partido se volvió loco y unos y otros se fueron al ataque para buscar el segundo. Con más intención que calidad surgieron las ocasiones de peligro en un duelo que por momentos se convirtió en un 'idea y vuelta' tan esperanzador como peligroso para los intereses rayistas.

La entrada de Gumbau y Alvaro buscaba refrescar banda y centro del campo con dos futbolistas de perfil diferente a Oscar Valentín y Embarba, que fueron los sacrificados. Entre tanto, el fútbol seguía dando sustos a los franjirrojos, que se salvaban en un saque de esquina, y a los vallisoletanos, que sufrían en cada córner que le tocaba defender.

Quedaba un cuarto de hora y, mientras en Colombia aplaudían al ver a James prepararse para entrar a partido, Martín y Rosa pudieron hacer el 2-1 en dos acciones consecutivas. El Rayo seguía en pie, tenía balón (sin claridad), pero concedía demasiadas ventajas a los atacantes del Valladolid. Con la entrada de James y Guardiola, Iñigo quiso recomponer a su equipo, dejando en el campo al hombre del partido: De Frutos. El extremo franjirrojo aprovechó un balón repelido por el palo, tras remate de cabeza de Ratiu, para hacer el 1-2 y poner 'patas arriba' el córner ocupado por la gente de Vallecas.

Si el partido había buscado en Isi su primer protagonista, De Frutos se iba a autoproclamar héroe con un partidazo y con dos goles que nos regalaron tres puntos maravillosos para cerrar el 'Viaje del Centenario'.