Opinión. ¡Cuánta razón tienen los que creen que las comparaciones son odiosas! Máxime cuando lo que pretendemos comparar son dos realidades que te obligan a hacer un ejercicio de imaginación e inventiva que más parece ciencia ficción que ciencia científica. Si hablamos sólo de fútbol, pues sí, se supone que juegan a lo mismo. Si hablamos de todo lo demás, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Mañana se verán las caras en el Estadio de Vallecas el equipo más laureado y el que tiene un puñado de trofeos de feria acumulando polvo en los bajos de su estadio. Mañana se enfrentarán los de la Castellana, los de Chamartín, los de Concha Espina contra los de la Albufera, los de Payaso Fofó, los de Vallecas. Mañana estarán frente a frente los del presupuesto de mil millones y los del presupuesto de sesenta millones. Mañana jugarán los del Santiago Bernabéu, valorado en cerca de 2 mil millones, y los del Estadio de Vallecas, de valor desconocido y que soy incapaz de intuir. Mañana... y así podríamos seguir hasta el infinito para demostrar que lo que pretendemos comparar son dos realidades que no se parecen en nada.
Eso sí, hay algo que siempre me ha gustado resaltar en momentos como este. El orgullo, el sentimiento de pertenencia, el poder del grupo y la fuerza de la gente. Ellos tienen a Bellingham y nosotros tenemos a Nteka, ellos tienen a Courtois y nosotros a Batalla, ellos tienen a Fran García y nosotros a Chavarría, ellos tienen a Vinicius y nosotros a Alvaro y mañana, nosotros tenemos a Vallecas y ellos no tendrán nada. Ahí es donde quiero llegar, que da igual los millones en los que esté valorado su estadio, el presupuesto de su plantilla o el glamour de su barrio, porque mañana Vallecas marcará el primer gol. Desde el primer al último minuto, independientemente de cómo vaya el resultado, porque mañana, lo que menos importa es el resultado.
El horario es propicio para volver a vivir otra de esas grandes noches de fútbol en Vallecas, ¡cómo se nota cuando el rival es uno de los privilegiados de la liga! Sábado, 9 de la noche, los que ponen los horarios saben lo que es bueno. Ya me lo estoy imaginando... el tifo inicial, el ambiente cerrado, ensordecedor, embriagador, rotundo. Mañana nuestro Rayo recibe al Real Madrid de las estrellas y Vallecas sabe cómo hacer especiales esos momentos, porque ellos lo tienen todo y nosotros no tenemos nada. Porque mañana nosotros lo tendremos todo y ellos no tendrán nada. El alma, el espíritu de Vallecas, jugará con el Rayo. Lo que pase entre Bellingham y los suyos y Nteka y los nuestros será otro cantar. Pero mañana Vallecas juega, tú juegas.