Ficha técnica:
Rayo Vallecano (2): Dani, Tito, Arribas (A), Jordi, Casado (A), Javi Fuego, Trashorras, Movilla (Diamanka, minuto 57) (A), Michu, Piti (A) (Rayco, minuto 69) y Tamudo (Lass, minuto 55).
Sevilla F.C. (1): Javi Varas, Coke, Spahic, Fazio(A) (Medel, minuto 54) (A), F.Navarro(A), Reyes (Trochowski, minuto 76), Iván Rakitic, Luna (Kanoute, minuto 54), Perotti, Escudé y Negredo.
Arbitro: González González (Castellano-leonés).
Goles: 1-0. Minuto 45. Michu; 2-0. Minuto 51. Tamudo; 2-1. Minuto 61. Escudé
Hoy no ha sido cuando hemos descubierto que el fútbol no es una ciencia exacta, que no siempre gana el mejor y que para llevarse una alegría no hace falta estar durante noventa minutos bordando el fútbol. Hoy, en cambio, sí hemos descubierto una faceta nueva en un Rayo Vallecano acostumbrado a jugar de tiralíneas, a buscar siempre el ataque sin mirar el resultado y a llevarse palo tras palo por su valentía, en ocasiones transformada en osadía. El partido de esta mañana ante el Sevilla ha sido vibrante por momentos y tenso en todo su desarrollo -a ello también ha contribuido la actuación arbitral, que luego valoraremos-.
El Rayo, sin caras nuevas en su once inicial aunque con ellas en el banquillo, recibía la visita de un Sevilla necesitado de puntos, pero sobre todo necesitado de personalidad. Y en Vallecas perdió ambas cosas. Lo más importante fue que el equipo de Marcelino es plano, que depende de sus individualidades y que con la dirección de un técnico que tarda en reaccionar está destinado al fracaso. Así fue hoy, así fue hace unos días y si nadie lo remedia en breve, así será hasta el final de temporada. Depender de un recién llegado como Reyes, poco querido en Vallecas porque en este barrio no se entienden los desplantes de superfigura, dice bien poco en favor de un equipo con nombres y mimbres suficientes como para haber ofrecido más cosas en el Estadio franjirrojo. La afición sevillista de diez, el equipo bastante menos. Aún así, esto no quiere decir que no fueran acreedores a algo más, o que las individualidades no pudieran haber decantado el partido de su lado, ni mucho menos, es simplemente que se espera más de un conjunto del potencial económico y deportivo como este.
Los franjirrojos, por su parte, tiran de lo que tienen y de lo que pueden para luchar contra estos monstruos de nuestra liga y en esta ocasión la moneda cayó de lado vallecano. El Rayo tiene que hacer mucho más que sus rivales para lograr puntos, aunque en ocasiones la fortuna también esté de su lado, para llevar el delirio a una grada emocionada que sabe valorar el esfuerzo, la entrega y la lucha de un equipo limitado pero que haciendo lo que sabe y jugando a lo de hoy no debería pasar tantos apuros en la clasificación.
El Rayo no echó de menos a los que se han ido o están a punto de hacerlo y tampoco saltó al césped del Estadio de Vallecas pensando en los que no llegan o en los que están a punto de hacerlo. Simplemente salió dispuesto a pelearle el partido al Sevilla, a dejarse el alma por cada balón dividido y a entender que cuando las cosas se ponen de cara, hay que trabajar otros aspectos. Esa fue la gran diferencia del partido de hoy. Tras una primera mitad muy igualada, con ocasiones para ambos equipos -los sevillanos reclamaron como legal un gol anulado por fuera de juego a Fazio-, llegó el primer momento clave del encuentro. En un balón al área, el héroe del Camp Nou, Javi Varas, cometió un error infantil que permitió a Michu meter la cabeza para inaugurar el marcador. Era el último suspiro de la primera mitad y el Rayo, después de haber tenido varias ocasiones y de haber recibido sendos avisos de los delanteros sevillistas se llevaba el premio de la victoria parcial a un vestuario en el que se plantearon las cosas de manera diferente a lo habitual.
Trabajo defensivo, compromiso y contragolpe para ganar un sufrido partido
Mientras el Sevilla avanzaba metros, los rayistas se acoplaron defensivamente, formaron un bloque casi infranqueable en torno a Dani, que recuperaba la titularidad bajo palos, y se dedicaron a defender y buscar la contra. Antes había llegado el segundo momento cumbre del choque. Piti salió con balón controlado y cedió para Tamudo que, ganando la espalda a los centrales, hizo lo que mejor sabe hacer. Su definición fue la del gran delantero que siempre ha demostrado ser y el 2-0 dejó el horizonte muy despejado para jugar a la contra. Sandoval lo vio claro y, dando entrada a Lass y Rayco, envió un mensaje descarado a Marcelino, que no había sabido reaccionar a tiempo. En el descanso no introdujo a Kanouté ni a Medel, un insulto a la inteligencia futbolística que se le presupone a un entrenador curtido en mil batallas y que en Vallecas no dio el nivel. Cuando se decidió a efectuar los cambios, el panorama cambió y el Sevilla fue mucho más equipo, más peligroso y más metido en un partido que se volcó para su lado y que hizo sufrir a los de Vallecas.
El partido estuvo marcado por la actuación arbitral. La permisividad del colegiado no fue bien entendida por la grada, los asistentes fueron increpados por varias decisiones controvertidas y los jugadores protestaron sin cesar varias jugadas. Piti fue amonestado por simular una lesión en su sustitución y los sevillistas se marcharon enfadados por el gol anulado. En definitiva, pocos acabaron contentos.
Pero volviendo a lo futbolístico, con Kanouté en el campo los envíos a la frontal del área siempre generaron peligro porque sus prolongaciones con la cabeza, con el cuerpo, con el pie o con lo que hiciera falta siempre tenían el criterio suficiente como para hacer sufrir a Arribas y a Figueras, que completó un gran encuentro. También estuvo a gran altura Tito, un lateral desconocido por el gran público, pero que está rayando a un nivel extraordinario, además de Dani, al que el reencuentro con la titularidad le sentó de maravilla.
Así, con sufrimiento, con agonía, con un balón al larguero y con varias acciones de mérito de Dani se consumía una victoria que Lass pudo haber sentenciado antes, tras demostrar que su velocidad es de otra galaxia. El guineano volverá mañana mismo a su país para afrontar la preparación de la Copa de África y el Rayo buscará en el mercado aquellos jugadores que se acoplen a las necesidades de un equipo que, por una vez, supo jugar con su ventaja para derrotar a un grande de nuestra liga. Una sonrisa y tres puntos para empezar bien el año.