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El Rayo se suicida intentando pelear con el Barcelona

Escrito por Sábado, 27 Octubre 2012

    El F.C. Barcelona tuvo la capacidad suficiente como para superar la línea de presión del Rayo Vallecano y, con su claridad en ataque,  endosó un contundente 0-5 al equipo de Paco Jémez.

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    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano: Rubén; Tito, Rodri (A), Amat (A), Casado (Nicki Bille, minuto 68), Javi Fuego, 'Chori' Domínguez (A), José Carlos (A), Leo (Franco Vázquez, minuto 76), Piti (Lass, minuto 59) y Delibasic (A).

    Barcelona: Valdés; Montoya, Busquets, Adriano, Jordi Alba (A) (Bartra, minuto 83); Song, Xavi (Dos Santos, minuto 86), Cesc, Messi, Villa (Alexis, minuto 63) y Pedro.

    Goles: 0-1. Minuto 20: Villa; 0-2. Minuto 47. Messi; 0-3. Minuto 78. Xavi; 0-4. Minuto 80. Cesc; 0-5. Minuto 88. Messi.

    Árbitro: Pérez Lasa.


    No le salió mal en un principio la apuesta de garra, entrega, lucha y pelea al Rayo Vallecano. La visita del F.C. Barcelona era el mejor escaparte posible para reivindicar el pundonor de un equipo que en el Calderón o en Pucela había sufrido dos serios reveses y que, ante los catalanes, intentaba demostrar al aficionado al fútbol a nivel mundial que en Vallecas también se juega al toque.

    El Barcelona, que afrontaba el encuentro de Vallecas consciente de lo difíciles que pueden resultar en ocasiones los partidos contra rivales de entidad muy inferior, no quiso volverse loco y esperó, con paciencia, que el fruto fuese madurando para terminar hincándole el diente. Dicho y hecho, cuando las carreras detrás del balón no eran tan agresivas y cuando el viento soplaba a favor, los de Tito Vilanova se convirtieron en ese equipo que no suelta a su presa. El Rayo, explotado física y tácticamente, terminó cediendo un marcador demasiado amplio para lo visto durante los noventa minutos, principalmente en la primera mitad.

    El encuentro entre vallecanos y blaugranas venía marcado por las bajas del Barcelona en defensa. La ausencia de Puyol, Piqué y Mascherano condicionaban claramente la alineación de los catalanes. Ante esto, Jémez decidía jugar con Delibasic en punta de ataque, acompañado por Leo y por el 'Chori' Domínguez. Además, Jose Carlos y Piti, se encargaban de cerrar la primera línea de presión de un equipo que saltó al terreno de juego a incordiar, a molestar, a presionar y a guerrear el partido a un rival mucho más dotado técnicamente y que, al final, impuso la ley de la lógica.

    Los vallecanos dejaron claro cuál sería su apuesta. La recuperación rápida de balón, la presión para evitar la circulación inteligente de su rival y la velocidad para intentar sorprender, se convirtieron en las armas de un equipo luchador que  salió goleado, pero que ofreció una imagen mucho más atractiva que la "sufrida" el año pasado (con resultado más abultado aún).

    El planteamiento inicial de los de Jémez se adaptó a lo reflejado en la pizarra y en cada entrenamiento de la semana. El equipo corría y corría, recuperaba, abría el campo y buscaba el área de un Valdés que, a pesar de todo, tampoco tuvo un trabajo excesivo. No lo tuvo Rubén en los locales, pero la diferencia entre unos y otros tiene muchos nombres y un resumen claro, efectividad. El Rayo mantenía a raya a los azulgrana, pero un error en la construcción ofensiva habilitó a Xavi, que terminó metiendo un balón entre líneas aprovechado por Villa a la carrera y en anticipación. Así se construye la grandeza de un equipo, con buenos jugadores, con ideas claras y con efectividad de cara al gol. El conjunto frajirrojo, con su lucha, igualaba el nivel futbolístico del encuentro y, por momentos, lo dominaba.

    El descanso dejaba buenas sensaciones en un Rayo que tuvo su ocasión en las botas de Delibasic pero que, ante una defensa innovadora por parte de Tito -con Montoya, Adriano, Busquets y Jordi Alba-, no conseguía extender su trabajo al área rival, aunque tampoco la sufría en defensa. Los vallecanos contaron en retaguardia con la novedad de Rodri como titular en detrimento de Gálvez y ante la ausencia de Mikel Labaka.

    En la segunda parte el Barcelona aprovechó las facilidades de un Rayo suicida

    La segunda mitad comenzó prácticamente igual que había finalizado la primera, aunque con una sutil diferencia, el balón ya corría más y los vallecanos empezaban a perseguir más sombras de las deseables. Messi, apenas iniciada la segunda mitad, quiso dejar su impronta en un partido que finalmente se convertiría en un paseo para los suyos. Su disparo potente y colocado a la escuadra de Rubén minaba totalmente la moral de un equipo que seguía confiando en lo físico, viendo cómo sus escasas llegadas al área de Valdés apenas generaban peligro.

    Rodri tuvo una buena ocasión para recortar distancias, pero su remate se marchó desviado, y el Barcelona apuntilló a su rival y abrió el camino de la goleada a falta de un cuarto de hora. Xavi sentenciaba el encuentro, Jémez era expulsado, el Rayo se volvía loco y dejaba defensa de tres y el Barcelona jugaba a favor de viento logrando una goleada que pudo haber sido incluso más amplia.

    La épica, la heroica y la confianza se quedaron por el camino y los azulgrana, por mediación de Cesc y Messi, redondearon el marcador. El Barcelona goleaba por segundo año consecutivo al Rayo y, aunque las sensaciones fueron más positivas que la temporada anterior, una goleada siempre es incómoda de digerir.


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